Se cumplen ahora 40 años del estreno de Michael Jordan con la camiseta de los Chicago Bulls
2024-10-26
Un mate frustrado, un susto ante un ex del Barça y 16 puntos: así fue el debut de Michael Jordan en unos Bulls que eran "un circo de cocaína y marihuana"
Se cumplen ahora 40 años del estreno de Michael Jordan con la camiseta de los Chicago Bulls. Un primer partido en el que falló más que anotó.
Hay fechas que quedan para la eternidad, aunque en un primer momento nadie reparase en ellas. Y el 26 de octubre es una de esas para los amantes del baloncesto. Hace 40 años, en una ventosa tarde en Chicago, ninguno de los asistentes al vetusto Chicago Stadium podía adivinar que estaba presenciando un partido que se convertiría en historia de la NBA. Y del deporte de la canasta en general.
Ese día, los Chicago Bulls abrían el fuego de la temporada 84-85 recibiendo a los Washington Bullets de Gus Williams, Rick Mahorn y el ex barcelonista Jeff Ruland. En las filas de la franquicia de Illinois, un joven que estaba llamado a cambiar el baloncesto para siempre y que años más tarde sería considerado como el mejor jugador de todos los tiempos. Incluso hay quien se ha atrevido a etiquetarle como el mejor deportista de la historia. Hablamos, por supuesto, de Michael Jordan.
Sin embargo, aquel 26 de octubre de 1984, nadie podía anticipar lo que ese joven tan delgado y todavía por hacer iba a significar. De hecho, los aficionados de los Bulls no le tenían en sus quinielas ese día. El público acudía a la antigua cancha del equipo de Illinois para disfrutar del malogrado Orlando Wooldridge, que llegaba en pleno apogeo de su carrera, y para tomar nota de los fichajes y adquisiciones del equipo esa temporada.
26 de octubre de 1984.
— NBASpain (@NBAspain) October 26, 2017
Tal día como hoy debutaba Michael Jordan: 16 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes. pic.twitter.com/9AxGwL7416
Entre estos últimos estaba un tal Michael Jeffrey Jordan, elegido como número 3 del draft, por detrás de Hakeem Olajuwon y Sam Bowie, y que llegaba como el héroe olímpico que había devuelto el oro a Estados Unidos frente a la España de Fernando Martín, Corbalán, Iturriaga… Sin embargo, a pesar de su buen cartel universitario e internacional, nadie esperaba lo que llegaría después. "Creo que nadie podía pensar en aquel momento que estábamos ante un partido histórico", aseguraba años después Rod Higgins, excompañero de Jordan y padre del ex jugador del Barça Cory Higgins.
Jordan llegaba al primer partido de la temporada tras un 'training camp' en el que había asombrado a sus entrenadores, pero en la que ya había generado rechazo por parte de sus compañeros más veteranos. El escolta destacaba por su ferocidad competitiva en un equipo que en esa época no pasaba por sus mejores años y en cuyo vestuario dominaba la anarquía, como el mismo MJ reconoce en un momento del primer episodio del famoso documental 'The Last Dance'.
"Los veteranos hacían cosas que yo no veía, como una vez en pretemporada. Creo que era en Peoria, Illinois. Yo estaba en el hotel intentando encontrar a mis compañeros y empecé a llamar a todas las puertas y llegué a una donde había ruido. Pude escuchar a alguien diciendo 'shhhh, hay alguien ahí fuera'. Entonces escuché una voz que preguntaba: "¿Quién es?". Yo respondí: "MJ". Y dijeron: "Joder, es sólo el novato. No os preocupéis". Entonces abrieron la puerta y prácticamente todo el equipo estaba ahí, haciendo cosas que yo nunca había visto en mi vida. Tenías rayas de cocaína por todos lados, pipas de marihuana, mujeres... Era un circo".
Jordan quería asumir las riendas de ese circo y cambiar por completo las aspiraciones y el juego de un equipo en el que no tardó en encontrar un nuevo líder… a pesar de las primeras reticencias de los más mayores. Y lo hizo desde el primer momento, desde el primer segundo de ese encuentro en el que quiso dejar claro que las cosas habían cambiado en Chicago.
El escolta salió como titular y pronto demostró que no le tenía miedo a nada ni a nadie. Apenas habían pasado unos minutos del choque cuando Jordan intentó su primer mate en la NBA. Michael se elevó y permaneció en el aire hasta llegar a las postrimerías del aro, pero nunca llegó a hundir la bola en la canasta de los Washington Bullets, su rival aquella noche. Entre Jordan y el aro se interpuso Jeff Ruland, jugador que había llegado a la capital estadounidense tras una temporada en el Barça.
El pívot de 2,11 no se amilanó (era uno de los tipos duros de la NBA en esos años) y sin hacer falta, chocó contra Jordan, que terminó en el parquet del Chicago Stadium, encogiendo el corazón de los presentes. "No puedes enfrentarte a Ruland así. Jeff estaba parado y Jordan [que había sido penalizado con pasos] se ha enfrentado con fuerza a él y ha caído", anunciaban entonces los comentaristas.
Sin embargo, la acción quedó en susto. El escolta de los Bulls sacó a pasear ese carácter indomable que le acompañó durante toda su carrera y segundos después ya estaba de vuelta en la cancha para hacer lo mismo una y otra vez. Jordan intentó varias veces atravesar la zona rival y fue entonces cuando se dio cuenta de que la NBA poco o nada tenía que ver con el baloncesto que había jugado hasta entonces. "Me dijo que aquellos dos tipos [Ruland y Rick Mahorn] eran muy duros tras recibir una falta", recuerda su ex compañero Higgins. "Al segundo ya se había levantado e iba hacia ellos otra vez".
Los Bulls se llevaron la victoria por 109-93 y el escolta terminó el choque con 16 puntos tras anotar cinco de 16 tiros de campo y seis de siete desde la línea de personal. Además sumó siete asistencias y seis rebotes. Números muy lejanos de lo que luego vendría, pero que adivinaban un futuro prometedor para un joven sin miedo a sobrevolar los cielos de la NBA más alto que ningún otro.
Fue la primera vez que levantaba de sus asientos a los espectadores de Chicago, que sin saberlo, acababan de presenciar uno de los pedacitos más importantes de la historia del deporte. Algo que se refrendó años más tarde con las innumerables demostraciones de Jordan y con los precios que se pagan todavía hoy por cualquier artículo relacionado con el '23'. Y el mejor ejemplo es lo que años después un aficionado abonó en una subasta por una de las entradas de aquel partido.
Ese día el Chicago Stadium no se llenó, dejando más de 3.300 butacas vacías. Pues una de las personas que tenía entrada, pero no fue al estadio decidió en 2022 sacar el ticket a subasta. Y visto el precio, hizo bien. Mike Cole, vecino de Chicago, puso la entrada a la venta y otro aficionado anónimo pagó 468.000 dólares por ella. No llegaba a los 480.000 que se pagó por la entrada del estreno de Jackie Robinson en la MLB, pero sí estableció un nuevo récord en la NBA. El último en la larga lista de Michael Jeffrey Jordan.
Fuente:https://www.relevo.com.