ARG - Oberto: "Sé que algo bueno va a pasar en Londres"

Lleva el rock and roll en la sangre. Y en esta soleada tarde porteña, también sobre la piel. La remera negra de Fabricio Oberto tiene una leyenda sin letras fluo pero con brillo propio: “The Beatles”. Hay que volar a Inglaterra y a la portuaria Liverpool de los “Fab Four”, aunque el cordobés prefiera otro destino en la isla. “He conocido muchos lugares en el mundo, pero jamás estuve en Londres. Es una ciudad que me encantaría recorrer”, confiesa en la charla de media hora con Clarín.

No vas a ir sólo de paseo a Londres, ¿no? ¿Querés jugar tu último torneo con la Selección Nacional en los Juegos Olímpicos?

Y, tiene que ser el último (risas). Si no, me empezarán a llamar “El Interminable” o “El Legendario”. Me gustaría despedirme de la Selección en Londres, una de las ciudades que más quiero conocer y, mirá vos, que puede ser el lugar de mi último torneo para Argentina.

¿Lo ves sí o sí como tu retiro del equipo?

Soy el más viejito y llevo dos retiros. Creo que éste puede ser el definitivo (risas). Aunque el básquetbol te la hace difícil, porque cuando le agarrás la mano, querés aprovecharlo ya que después no lo vas a hacer nunca más. Pero la ecuación perfecta sería ver lo que puedo hacer sobre el rendimiento del equipo, para no perjudicarlo.

Si el Preolímpico no hubiera sido en Mar del Plata, ¿lo hubieras jugado igual?

Sí. La Selección es como un pote de dulce en el que te quedan menos cucharadas porque por el paso de los años se ve el final de la Generación o del equipo.

Más allá de la alegría final, ¿llegaste a padecer el Preolímpico por tu estado físico?

Jugué casi todo el torneo limitado en minutos y viví un rol nuevo. “No te lesiones” , era la orden. Para el cuerpo técnico y médico fue un sufrimiento, más allá de lo que yo pasé. En Salta sentía como que no había dejado de jugar, pero le metí máquina y me pasé de rosca. Me sirve de experiencia para saber que tengo que hacer algo más para estar en Londres.

¿Qué necesitarías?

Tengo que entrenarme con un equipo y me pongo fechas límite para levantar el aplazo físico. Para estar preparado necesito cuatro meses de competencia. Todo lo que sume en trabajo sería lo más justo para el equipo, que se merece que cada jugador que sea citado esté bien. Si tuviera 22 años, sería otra historia.

¿Hablaste con Julio Lamas?

Hablé cuando terminamos el Preolímpico sobre que sin dudas sería mucho mejor que llegue con otro rodaje. Encima me lesioné 10 días antes del torneo y estuve a punto de quedar afuera. Tengo suerte que me recupero rápido y que el cuerpo técnico me aguantó hasta último momento.

¿Qué te generó ese gesto?

Julio tomó esa decisión por mi experiencia y por lo que conozco al grupo. Más allá de lo humano, lo que hacen los chicos lo tengo aprendido en mi memoria. Lo llevo en mis genes.

Chapu dijo en Clarín que en Londres pueden “soñar con alguna medalla” y “pelear por el podio”. ¿Cómo te suenan sus palabras?

Pienso igual que él. Sacamos el bronce en Beijing y pensamos en el Preolímpico. Lo ganamos y ya está. Es como que no tenemos nada. Seguimos con la ambición continua de lograr cosas. En el Preolímpico la apuesta fue grande porque no hay muchos equipos que puedan manejar la presión como la manejamos nosotros. Nos pueden poner en habitaciones diferentes, pero opinamos todos lo mismo. Sé que algo bueno va a pasar en Londres.

¿El torneo olímpico es menos complicado que el Mundial, porque más allá de que todos los rivales son fortísimos, se juega día por medio?

Son dos caras. No podés decir: “Hoy va a ser fácil”. Un equipo gana un partido que no tiene que ganar y cambia todo el panorama. Pero por otro lado es clave el día de descanso para un equipo de novatos como nosotros. Vamos a tener 23, 24 años, ¿no? No precisamente.

En marzo cumplirá 37 y “el viejito” quiere una despedida inolvidable en Londres.

Let it be...


Fuente: Hernán Sartori - Diario Clarín

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