Por Doug Feenberg
Aja Wilson y Las Vegas están en el aire rificados.
La franquicia ganó su tercer campeonato de la WNBA en cuatro entre lágrimas. Completando el barrido del fénix. En la final de los siete mejores con una victoria por 97-86 el viernes por la noche. Houston sólo tuvo un buen desempeño durante las cuatro temporadas básicas, ganando los primeros cuatro títulos en la historia de la WNBA entre 1997 y 2000.
Wilson es una gran razón para que las Aces se conviertan en campeonas luego de caer en las semifinales. MVP de la temporada regular de Tumor, jugador defensivo del año y primer jugador en ganar el MVP de las Finales en el mismo In Tu. El delantero de 29 años es el mejor jugador de la cancha y ya está en la conversación de los grandes de la historia de la liga.
“Tienes tu Mount Rashmore. Está sola en el Everest”, dijo la entrenadora de las Aces, Becky Hamon. “No hay nadie alrededor”.
Que Las Vegas pueda continuar su carrera depende de cómo vayan las conversaciones sobre el nuevo acuerdo de negociación masiva. La mayoría de las ACE son agentes libres, como la mayoría de los jugadores de la liga. Si los jugadores deciden irse a otro lado, el equipo puede verse diferente la próxima temporada.
Si Wilson, Jackie Young, Chelsea Gray y Jewel Lloyd deciden quedarse, las Aces pueden continuar esta carrera por un tiempo. Con el cuarto título, Las Vegas supera a Houston, Seattle y Minnesota en la historia de la liga.
“Las Vegas es el estándar. Estamos aquí por una razón. Nos tomó un poco de tiempo llegar aquí”, dijo Young. “Orgulloso de ponerme el uniforme de ACES todas las noches”.
Puede resultar muy difícil en el Campeonato de Las Vegas. Las Aces registraron 14-14 a principios de agosto, con una derrota en casa por 53 puntos ante Minnesota. La derrota podría haberse separado, pero se volvió más estrecha, y el resto del regular durante el partido de Las Vegas no se perdió, los 16 ganaron directamente. Las Aces terminaron 25-3 después de esa derrota, incluidos los playoffs.
“Este equipo es un infierno y vuelve”, dijo. “¡Qué carrera!”
