De nuevo se confundían las lágrimas de alegría con las de tristeza, las sonrisas con las caras largas, la victoria y la derrota. De nuevo Francia y España se veían las caras. Como sucedía un mes atrás, a finales de junio, aunque esta vez la cara fue para el conjunto galo y la cruz, para el español.

Ya desde el comienzo, Francia salió lanzada, como tratando de compensar la falta de acierto en los cuartos de final, en que tan sólo fue capaz de anotar 51 puntos ante Brasil. En apenas cinco minutos ya eran 13 y con España siempre a remolque. Un equipo español consciente de que su mejor versión nace desde el trabajo defensivo y a ello se puso, frenando en seco la anotación de su rival pero sin conseguir rubricar la mejora también en ataque. Siempre por debajo y con el castigo de encajar cuatro puntos en el último minuto del primer cuarto para acabar a cinco de las francesas, 15-20.

Sólo Ndour anotaba en los primeros minutos del segundo cuarto mientras el equipo galo aprovechaba las segundas e incluso terceras opciones para aumentar la diferencia, 17-24. El equipo 'bleu' ponía en pista a su segunda unidad y eso lo aprovechó España para apretar en defensa y conseguir darle la vuelta al marcador; Faussurier ponía el 27-26 con el que se llegaba al descanso.

Cuatro puntos consecutivos de Ndour ponían la mayor ventaja española en el comienzo del tercer cuarto, 31-26. A partir de ahí, comenzó un intercambio de canastas, que poco a poco fue reduciendo la ventaja del equipo español, que quedaría neutralizada poco más allá del ecuador del tercer tiempo. Se abrió entonces un parcial de 0-7 para el conjunto galo, que le daba la vuelta al electrónico sin conseguir romper el partido definitivamente. Se llegaba al último cuarto con 40-42.

España, de las manos de Montoliú anotaba primero para empatar el marcador en los primeros instantes del parcial definitivo. Poco menos que un espejismo, pues Franciaconseguiría un 2-9 en un visto y no visto para empezar a decidir el partido a cinco minutos para el final. Pero el gen competitivo del equipo español impide a sus jugadoras rendirse hasta el último suspiro y así, conseguían responder con un 6-0 'made in'Astou Ndour, que lo hacía todo: de tres, de dos y desde el tiro libre. El partido quedaba empatado a cuatro minutos para el final, 51-51. Cada punto era de oro en esos momentos en los que afloraban los nervios; pero no para las más jugonas, Romero por España y Epoupa por Francia, que mantenían su duelo particular y el partido empatado, con 55-55 se entraba al último minuto. Fue ahí, donde la estadística, con su capricho habitual, hizo que la mala racha del conjunto francés, capaz de errar doce triples consecutivos (4 de 18 al final del partido), anotara cuando más falta hacía. FueTurcinovic la que firmó buena parte del triunfo para su equipo. Aunque España siguió remando y Ndour anotando. Pero ni los últimos intentos desesperados de las españolas ni los errores en el tiro libre de las francesas fueron suficiente para cambiar el signo de la victoria.

Queda pues España, apeada del sueño de la tercera final consecutiva y condenada pues a la lucha por el bronce. Mientras Francia, se cobra venganza tras ver mancillado su honor con una derrota en el Eurobasket disputado como local y tratará de romper la racha de las estadounidenses, campeonas de las cuatro últimas ediciones del torneo.