Kenny Anderson fue uno de los grandes bases que la NBA dio a comienzos de los 90. Junto a Derrick Coleman y al malogrado Drazen Petrovic, encabezó a los New Jersey Nets a convertirse en uno de los equipos más atractivos para los aficionados y también en uno de los aspirantes de la Conferencia Este.

Sin embargo, el base nacido en Nueva York no siempre vivió acompañado por las luces y las alabanzas. Anderson se crio en Queens, uno de los peores barrios de Nueva York, bajo la tutela de una madre demasiado enganchada a las drogas como para ejercer cualquier control parental.

Esta es una de las múltiples confesiones del ex jugador en la biografía que está a punto de publicar y en la que desvela la peor cara de su vida y es toda aquella que tiene que ver con su infancia y su adolescencia antes de llegar a la Universidad de Georgia Tech y a la NBA.

En el libro, además de otros aspectos nada amables, el ex jugador confiesa que fue víctima de abusos sexuales cuando era niño. Anderson asegura haber sufrido estos abusos en dos ocasiones y una de ellas de manos de uno de sus entrenadores en su época colegial

Fuente:Diario Marca