Mujeres en el arbitraje del baloncesto costarricense

Escrito por Prensa de la FECOBA

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Se hace camino al pitar

Ser mujer y abrirse paso en el arbitraje profesional de baloncesto no es fácil, sin embargo, siempre hay pioneras marcando el camino.

El baloncesto es un deporte que tiene 123 años, y tan importantes como los jugadores, son los árbitros que vigilan el cumplimiento de las reglas.  Nació como un deporte para hombres, pero apenas un año después, ya estaba siendo jugado por mujeres. Sin embargo, las reglas siempre fueron vigiladas por los hombres.

Más de 100  años más se necesitaron para que una mujer fuera acreditada oficialmente para arbitrar profesionalmente, se trató de la francesa Chantal Juliene, acreditada por la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) en 1995. ¡La primera arbitra! Tan extraño era su papel, como extraña nos suena la palabra.

El tiempo ha pasado, el baloncesto se ha modernizado, pero pocas cosas han cambiado para las mujeres que desean arbitrar.  En Costa Rica, la primera en abrir camino fue Gabriela Schaer, quien empezó a figurar como jueza de baloncesto en los años 90, alcanzando importantes logros. , como covertirse en la primera centroamericana que pitó en un torneo mundialista.

Hoy, Schaer se encuentra retirada, pero el camino que abrió lo han seguido otras mujeres decididas. Aleidy Blanco Jiménez y Maureen Garos Sandino son las únicas mujeres acreditadas como árbitros de mesa y cancha.  Aleidy además es la única en Costa Rica que tiene acreditación internacional y el año pasado tuvo la oportunidad de pitar en un campeonato mundial en Europa.

“Hay que esforzarse mucho, hay que pasar años demostrando que sos buena, que sos muy buena. Los errores te los cobran doble y siempre hay que estar probando que podés hacerlo mejor”, comentó Garos, quien estudia orientación y lleva varios años arbitrando. “Empecé en el arbitraje porque en el colegio no tuve la oportunidad de jugar baloncesto, pero siempre me gustó mucho. Ahora aspiro a ser internacional y pitar en algún mundial, como Aleidy”, dijo entusiasmada Garos.

Blanco explicó que para acreditarse internacionalmente, hay

que tener al menos 2 años arbitrando en cancha en la primera división masculina (la femenina no cuenta), y luego hacer una clínica donde se realiza una evaluación en español y en inglés.

Hasta el momento, solo ella y una guatemalteca ostentan esa acreditación en Centroamérica.  ¿Y cómo llegó esta profesora de Educación Física al arbitraje?  “Mi hermano es arbitro y me dio el primer empujón.  También le agradezco a Gabriela, que fue la pionera”, dijo Blanco.

Sus compañeros árbitros coinciden en que es difícil para las mujeres abrirse camino en esta profesión. “Les cuesta más ganarse la aceptación del público, de los entrenadores y de los otros árbitros” comentó Marlon Blanco, presidente de la Colegio Nacional de árbitros de Baloncesto.

 

Pero a pesar de los obstáculos, estas jóvenes siguen abriendo camino. La estudiante de terapia física Virginia Escalante ya se está entrenando como árbitra de mesa y espera muy pronto sumarse a la cancha con sus compañeras. Entre más mujeres se apunten, más familiar nos sonará la palabra árbitra, tanto como hoy no nos extrañan las palabras maestra, abogada o arquitecta

 

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