Prigioni dejó grandes momentos de juego en sus seis temporadas en Vitoria
Pablo Prigioni (34 años, 1.86 metros) es un buen tipo, pero se calienta más de la cuenta.
Tanto le ocurre que cuando, hace dos temporadas, decidió salir delCaja Laboral se lo planteó a Josean Querejeta de forma muy decidida:"¡Yo aquí no juego más!", le dijo, yamenazó con retirarse e irse a Alicante, donde tiene fijada su residencia, si no lo traspasaba al Real Madrid.
Después llegarían sus famosas declaraciones a 'Marca' cuando su llegada al club blanco se alargaba demasiado: "Josean Querejeta se hace el malo en la negociación (...) Si llega el día de de la concentración de pretemporada y aún no se ha resuelto mi salida, va a ser una situación muy complicada y que no sé bien cómo se resolverá ni afrontaré".
Al Baskonia ya se lo había dicho meses antes: se retiraría si hacía falta, pero no volvería a jugar a las órdenes de Dusko Ivanovic.
Después dijo que la grada delBuesa Arena se había "llenado de mediocridad" tras pitarle en laSupercopa.
Dos veranos más tarde regresa "a casa" (así anunció su fichaje la web del Caja Laboral) y en el diario el 'El Correo' pide perdón: "Es la hora de disculparme por esas palabras. Si sintiera lo que dije, nunca habría regresado", dice en una entrevista.
Y es sincero: el jugador se arrepiente de haberse ido y su mayor preocupación es cómo le recibirá la grada baskonista, aunque club y jugador piensan que se arreglará pronto.
Al comienzo de su etapa blanca, todo era de color de rosa para Prigioni: con Ettore Messina("Sólo dos jugadores pueden conducir a este Real Madrid: Papaloukas y tú", llegó a reconocer publicamente el italiano) entrenaba una única sesión diaria, al mediodía, lo que contrastaba con los métodos de Dusko Ivanovic ('El Viejo', como lo llama el clan argentino delBaskonia), la principal razón por la que decidió irse del club en el que llevaba seis temporadas.
"Dusko es una de las razones más fuertes por las que ficho. Debo agradecerle su confianza", declara ahora el base argentino en 'El Correo'.
Poco a poco se fue torciendo su etapa en el Real Madrid. Nunca se sintió a gusto y ya la pasada temporada dejó claro, incluso a sus compañeros y entrenador, que su deseo era regresar a Vitoria.
Su arrepentimiento es sincero: "Quiero que mucha gente cambie la opinión que tiene de mí", asegura a 'El Correo'.
Y es verdad. No es una pose. Siente lo que dice. Ahora queda ver si la grada baskonista lo perdona.
Fuente: