Néstor García: “Queremos ser protagonistas de la AmeriCup”

2022-08-31

 

Publicado por FIBA.

 

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02 - 11
SEPTEMBER 2022
 
 
30/08/2022
 
 

Néstor García: “Queremos ser protagonistas de la AmeriCup”

 
 

 

RECIFE (Brasil) - Camina. Da vueltas. Mil vueltas. Cambia de dirección. Fuma un cigarrillo que amaga a apagar, pero lo mantiene encendido para iniciar la entrevista. Néstor García, como en la cancha, no se queda quieto. Vestido todo de negro, tiene una cadena de oro que adorna su cuello y dos pulseras en su muñeca izquierda: una roja contra la envidia y un denario que una familia de San Antonio Oeste le había regalado en Bahía Blanca y del que se le había perdido la virgen que lo completaba.

El seleccionado argentino es el quinto equipo nacional del que el Che forma parte del cuerpo técnico. En Puerto Rico fue asistente, tarea que también cumplió en Argentina en una etapa anterior. En Uruguay, Venezuela y República Dominicana estuvo como entrenador principal, el lugar que hoy ocupa en el conjunto albiceleste.

 

 

“Estar orgulloso de dirigir a una selección, y más la de mi país, no es algo particular que solo me pasa a mí, sino que es algo que desean todos los entrenadores. Siento la alegría que cualquier otro podría sentir”, dice Néstor con su voz rasposa. Y cuenta cómo vive esta experiencia: “En lo humano estoy muy bien con todo el grupo y en lo basquetbolístico siento que recién estamos empezando a poner algunos conceptos nuestros que van a ser fijos: en ataque necesitamos abrir espacios para nuestros tiradores que son efectivos, jugar bien con cinco abiertos y en defensa debemos presionar con agresividad e incorporar algunas reglas para complicar a los rivales”.

Al asumir el cargo, García había explicado que cada momento de la selección argentina había tenido al entrenador que le correspondía. Su llegada aparecía como consecuencia lógica de su trayectoria.

“Cuando me eligieron me puse contento y no analicé por qué me tocaba ser el entrenador de Argentina. Llevo 33 años en esta profesión, con mis momentos buenos y malos, y estuve en cinco selecciones. Al inicio del ciclo hice un viaje en auto a Bahía Blanca con Herman Mandole, que había sido designado para las selecciones formativas. Nunca habíamos hablado y yo quería saber qué pensaba él sobre mi nuevo cargo. Me dijo que era natural que yo fuera el director técnico de la selección argentina porque yo era, en la historia reciente, el entrenador que llegaba con mejor currículum. Los anteriores habían accedido más jóvenes al cargo y con menos recorrido internacional. Me dijo que mi elección era irrefutable. Ahora veremos cómo resulta”, indica el coach.

Argentina se ubica tercero en el Grupo E de los Clasificatorios para la Copa del Mundo FIBA 2023 con un registro de 6 triunfos y 2 derrotas. En la reciente ventana, perdió como visitante frente a Canadá y se recuperó contra Bahamas como local. La posición actual la clasificaría para la Copa del Mundo.

“La preparación fue muy buena y los jugadores vinieron predispuestos. Por cómo habíamos entrenado, con Canadá podríamos haber jugado mejor, pero no es lo mismo lo que pasa en los entrenamientos que enfrentarse a otro equipo. Canadá es un equipazo y nosotros cometimos errores básicos: nos costó generar espacios y usamos mucho el dribbling cuando deberíamos haber rotado más el balón. Lo positivo fue que les contuvimos los rebotes. La derrota en Canadá nos ayudó mucho porque es importantísimo jugar contra los buenos equipos. A mí me gusta jugar contra rivales de calidad porque desnudan tus falencias y te hacen buscar muchas alternativas para poder competirles. Ese partido nos dejó un gran mensaje”, analiza Néstor. Y agrega:

“Los jugadores están comprometidos, tienen autocrítica y ajustan rápido. Tenemos una política de consulta en el equipo porque lo que nosotros vemos desde afuera es una cosa y lo que ven o sienten los jugadores puede ser otra. Con la unión de todos eso buscamos mejorar. A estos chicos les tengo mucha fe”.

 

El Che transita su primera experiencia al frente de un equipo desde que se cambió el sistema de acceso a las competencias más importantes. Él estaba acostumbrado a la manera anterior y se sentía a gusto.

“Los torneos clasificatorios para Mundiales o Juegos Olímpicos que se jugaban antes eran durísimos como estás ventanas, pero la diferencia en el formato te cambia todo. Antes jugabas un partido y dabas vuelta la página, jugabas otro y lo mismo. Ahora la clasificación está difícil para todos porque hay equipos que sorprenden ganando partidos contra rivales teóricamente superiores y cualquiera está capacitado para hacerlo. Con el recambio de planteles de una ventana a la otra se hace difícil ganar. Lo positivo de este sistema es que las federaciones puedan llenar los estadios cuando juegan de local y también que ayudan a los jóvenes a ganar experiencia internacional porque hay momentos en que los jugadores de NBA y Euroliga no pueden estar”, se explaya García.

El máximo torneo continental es un territorio ya explorado por el Che. Lo conoce como pocos. Dirigió a Uruguay en 2003 y a Venezuela en 2013, 2015, cuando consiguió un título histórico, y 2017. En Recife, a partir del 2 de septiembre, lo transitará por quinta vez.

“La AmeriCup es un torneo importante que nos va a sumar para estar entre los equipos mejor posicionados en el ranking FIBA para ser cabeza de serie en el Mundial. Pero lo principal es conseguir esa clasificación para la Copa del Mundo. Tomamos el torneo con mucha seriedad y queremos ser protagonistas. Con la experiencia de los dos partidos de esta ventana que pasó y los tres de la primera fase que jugaremos en Brasil, si logramos clasificar siento que ahí el equipo va a estar en buen nivel. Por la forma de disputa del torneo y ya con el scouting de lo que nos falta mejorar, siento que vamos a hacer un buen papel y ahí se verá un equipo con mi sello”, dice el entrenador argentino.

Hasta la llegada de García, Argentina había tenido solo tres entrenadores entre 1997 y 2021: Julio Lamas, Rubén Magnano y Sergio Hernández. Con estilos diferentes de conducción, los tres lograron mantener una línea de principios básicos a respetar. El Che explica la herencia recibida.

“A los tres entrenadores anteriores yo los veo diferentes entre sí. Las selecciones de ellos no variaron de un extremo al otro en la manera de jugar, pero sí fueron distintas a pesar de que mantenían una base de jugadores similar. Al mismo tiempo, se crearon cosas que se sostuvieron a lo largo del tiempo y que nosotros deseamos continuar: Argentina siempre fue protagonista, el compromiso de los jugadores para estar en la selección, la forma de entrenar y de alimentarse. En el juego también respetamos el valor del ‘extra pass’, que le gusta a todo este staff y aún debemos mejorar, y algunos aspectos de la defensa individual”.

Y profundiza su análisis: “Este es un equipo nuevo, más allá de que hay jugadores que están desde hace mucho tiempo. Hemos cambiado cuestiones posicionales como, por ejemplo, a Gaby Deck que lo utilizamos de ala pivote cuando antes era un alero definido. También incorporamos nuevos conceptos defensivos porque siento que necesitamos una impronta diferente. Hay jugadores que ya no están, como Luis Scola que la rompía en mil pedazos. Entonces, hay que jugar de otra manera. El liderazgo de Luis ya lo conocen todos, pero en la cancha era el goleador del equipo y hay pocos internos en el mundo que son los máximos anotadores de sus selecciones. Su retiro nos cambió la estructura completamente. En Argentina no tenemos un biotipo para tener jugadores muy grandes, aunque igual los estamos buscando. Siento que con tiempo de trabajo lo vamos a hacer bien”.

La escasez de pivotes altos en la selección argentina es un tema que García tiene en cuenta para diseñar sus planes de juego: “Marcos Delía es el único interno que juega en el equipo hace muchos años. Para mí es clave porque tiene una lectura táctica defensiva para las ayudas y para contener los pick and roll, que podría escribir un manual. Si no utilizo a otros internos o incluso si juego con cinco perimetrales es porque entiendo que necesito, como ocurrió en el partido contra Canadá, abrir la cancha. Tengo en consideración a los otros hombres grandes, pero por decisiones tácticas los uso menos”.

 

 

La preparación de Argentina para la cuarta ventana clasificatoria para la Copa del Mundo se repartió entre Bahía Blanca, la ciudad natal del director técnico, y Mar del Plata, el lugar en el que logró su primer gran éxito: fue campeón de la Liga Nacional con Peñarol en 1994. Y aquí también vivió otro momento icónico de su carrera cuando fue asistente de Lamas en el Campeonato FIBA Américas en 2011.

Sentado en un salón del Polideportivo Islas Malvinas antes del duelo ante Bahamas, el Che expresa su cariño por la ciudad de la Costa Atlántica: “Nosotros inauguramos este Polideportivo con Peñarol. Después de Bahía Blanca, Mar del Plata es el lugar donde viví más años entre los que dirigí acá y los que fue mi residencia cuando trabajé en el exterior. El recibimiento que me dieron en Peñarol cuando fuimos a hacer una práctica ahí fue espectacular, me demostraron mucho cariño por aquel primer campeonato que ganamos. También tengo un recuerdo muy lindo del Preolímpico de 2011 que ganamos acá. No hay duda de que esta es una ciudad de básquetbol, que acompaña mucho a la selección y tiene un estadio que nos gusta. Es un lugar ideal para venir a jugar”.

De hecho, el público argentino recibió al entrenador con una canción de apoyo: ‘Que de la mano del Che García, todos la vuelta vamos a dar’.

Néstor está en el lugar que durante muchos soñó con ocupar. Sin embargo, en sus presentaciones públicas prácticamente no sonríe. No se lo ve disfrutar. La referencia lo sorprende, se pregunta si eso está bien o mal e intenta una explicación.

“En la convivencia y en las prácticas hago chistes y me río con los jugadores y con los miembros del cuerpo técnico. El clima en los entrenamientos es buenísimo. Llevo seis meses de trabajo en la selección argentina y respeto mucho su historia, su estructura y a los hinchas que quieren mucho al equipo y a la vez son exigentes por el pasado reciente. Gonzalo García me dice: ‘sé vos, sé totalmente vos, dile a cualquiera lo que sea necesario’”.

“Estoy en una etapa de transición en el cargo y en cómo llevarlo adelante. Tengo muchas cosas en la cabeza. Pienso en la AmeriCup y al mismo tiempo en la convocatoria de noviembre para la próxima ventana, en la que tendremos dos partidos como visitantes que serán claves. Y ahí habrá un montón de ausentes, será otra selección. Y es la primera vez que yo dirijo con este formato de competencia, entonces estoy concentrado, atento y preocupado por muchas cuestiones a resolver. Por ahora me cuesta mostrarme sonriente. Voy a estar mucho más contento cuando el equipo juegue bien, a mí me gusta que el equipo vuele. Para lo que yo pretendo, por ahora jugamos bien de a ratos. Aún no tuvimos la satisfacción de saber que el equipo juega a lo que pretendemos. Y más allá de que lo importante es ganar, la sonrisa va a aparecer cuando vea en la cancha la mejor versión del equipo”.

Mientras mastica un chicle que sucedió al primer cigarrillo de la entrevista, Néstor enciende el segundo. Mueve su silla 90 grados. Se acomoda. Vuelve a girar el asiento y sigue.

“Quise dejar de fumar, pero me cuesta. Hice tratamientos, pero no es fácil. Intento con el vaporizador para bajar la cantidad de cigarrillos, pero a veces le doy una pitada a uno y una al otro de manera intercalada. Entro a la cancha y no me dan ganas ni me acuerdo de fumar porque hago lo que más me gusta. En el entretiempo fumo, pero durante el juego no se me pasa por la cabeza. Trabajar y hacer lo que te gusta es buenísimo, ya que sabemos cómo están las condiciones de trabajo. Dirijo desde joven y es lo que me gusta, lo que amo”.

“También soy consciente de que los entrenadores y los jugadores de élite desarrollamos una actividad que está entre las cuatro que más secuelas deja, ya sean mentales, emocionales o físicas. Me gusta lo que hago, pero es duro. Ganar es difícil, perder te hace buscar miles de cosas para mejorar. Es una profesión que te absorbe totalmente. Para nosotros el básquetbol es una batalla campal y no el juego o el deporte que practican los chicos. Con todo eso, estar en un partido es lo que más me gusta”.

El Che García es auténtico. No esconde su forma de ser. El histrionismo que muestra en los partidos también lo tiene en una conversación cara a cara. Más calmo, pero igual de vehemente. Cada idea que le aparece en la mente la incorpora a su relato. Recupera conceptos de frases anteriores para completar sus respuestas. Va y viene en sus oraciones como se traslada por la línea lateral de la cancha. Ese es su estilo, su sello, y está en la búsqueda de implementarlo en la selección argentina.

FIBA

Fuente:.fiba.basketball/es/