Por segunda vez en su historia, Lituania ha conseguido levantar el título en el Europeo U18. De la generación de Rinkeviciute, Labuckiene o Solopova han pasado 14 años hasta que Ugne Sirtautaite, Gerda Raulusaityte y Juste Jocyte han tomado el testigo. Todo un éxito en el que es esta última jugadora, flamante MVP y líder del equipo, el gran nombre propio de un buen colectivo. Tras años de dominio en el baloncesto de formación y récords prematuros, nos adentramos en su figura.
Su actuación ante España en la final del Europeo U18 se ha tratado de la última de sus exhibiciones hasta el momento. Jocyte alcanzó los 28 puntos, 9 rebotes, 7 asistencias, 3 recuperaciones y una sola pérdida para un total de 38 de valoración. El combinado español, que tuvo que recurrir a las faltas de manera recurrente para frenarla, vio cómo la joven lituana anotó 6 de sus 11 lanzamientos de campo (54.5%)… y 16 de sus 19 tiros libres. Este sobresaliente rendimiento en el día clave confirmó lo que ya se intuía desde que Lituania consiguió su pase a la final, el MVP. Jocyte terminó siendo la máxima anotadora del campeonato (19.1), la más valorada (22.9), la tercera máxima asistente (6.9) y en TL anotados (45/52), la 12ª en recuperaciones (2.1) y la 14ª máxima reboteadora (7.1).
Sus soberbios registros en el U18, cosechados con un año menos que la gran mayoría de jugadoras, han resultado bastante similares a los que consiguió en el Europeo U16 de 2019. Allí, con apenas 13 años (su cumpleaños es el 19 de noviembre), se fue hasta los 19.6 puntos, 8.3 rebotes y 2.1 asistencias, pero una Rusia liderada por la jovencísima Anastasiia Kosu se interpuso en la final en su camino al trofeo. Ese mismo que Lituania nunca había visto tan cerca.
Pero, entonces, ¿resulta que Juste Jocyte sigue siendo la misma tres años después? No. Sus lecturas para dividir y asistir han mejorado notablemente, ha añadido mayor pragmatismo a su juego, fuerza para resistir los contactos y el grato control de su temperamento ha resultado beneficioso para el colectivo. ¿Lo que no ha cambiado? Su capacidad para anotar, capturar rebotes, liderar, su competitividad extrema (que en ocasiones se refleja en forma de exigencia impuesta al resto de sus compañeras) y el realizar su mejor partido en la final del torneo. Como si la presión sacara su mejor cara.
Por el camino, entre uno y otro campeonato, la vida de Jocyte también ha cambiado bastante. De vivir en Lituania y salir a probar con otros equipos como Stella Azzurra en Roma, a firmar un contrato de larga duración en Francia. Tony Parker, con los recursos necesarios para ofrecerle un atractivo plan a todos los niveles, ganó al resto del continente (el interés por parte de agentes y equipos fue inmenso) y se llevó a la joven lituana a su academia en ASVEL. Un centro en el que ha convivido con otros grandes proyectos como Dominique Malonga (Francia) o Ajsa Sivka (Eslovenia).
Desde entonces, su ascenso ha sido meteórico. A finales de 2019, la lituana se convirtió en la jugadora más joven de la historia en debutar con la Selección Absoluta de Lituania y en la era moderna de la Euroliga (14 años y 29 días). Y no fue algo puntual, puesto que su presencia y protagonismo han ido en aumento en el primer equipo. Con 16 años, todavía en edad adolescente, Jocyte ha disputado una media de más de 10 minutos en la Liga Francesa y por encima de los 14 en Eurocup. En hasta 7 ocasiones ha superado los 10 de valoración. Y, de cara a la próxima temporada, su presencia en el equipo ya está confirmada. Hecho sabido con anterioridad pero no por ello menos destacable, puesto que ASVEL contará con un roster todavía más potente si cabe y de solo 10 jugadoras.
Es complicado augurar por dónde puede ir su camino en un futuro, pero sí es cierto que pocas veces ha sido visto a su edad tal dominio. Ese mismo del que podremos disfrutar (y sufrir) en España en dos ocasiones, como mínimo, durante el próximo año: ante IDK Euskotren en Eurocup y en el Mundial U19, programado para el próximo julio en Madrid. Dos citas que siguen formando parte del principio de la historia de la «Baby-face assassin» (asesina con cara de bebé), apodo del que se apropió con gusto cuando jugaba ante juniors siendo infantil y que resume lo vivido en las canchas europeas a lo largo de los últimos casi cuatro años.
Foto: FIBA – Juste Jocyte
