Antes de comenzar el Mundial, muy poca gente daba un duro por España. Y tras su decepcionante primera fase, nadie. Pero esta selección esta hecha de otra pasta, de la que se une cuando las ilusiones parecen hacerse añicos. Así lo aprendieron de sus gloriosos antecesores y así se han metido en los Juegos y se han plantado en semifinales.

Esta mañana (10.00 h), se enfrenta a Australia en busca de la que sería la segunda final mundialista de su historia. La otra ya sabemos todos como acabó, con los Gasol, Garbajosa, Navarro, Jiménez, Rudy, Reyes y compañía colgándose el oro en Japón 2006. Ahora, con menos talento pero con la misma ambición o más, esperan repetir gesta en Pekín.

El reto es mayúsculo porque enfrente va a tener un rival que le supera en físico y kilos, y le iguala en experiencia. Los españoles lo saben, pero conocen también el antídoto que tan buen resultado le dio ante Italia y Serbia:la defensa. Este equipo ha elevado ese concepto a la categoría de arte.

Scariolo tiene claro cómo compensar ese déficit: "Tenemos que igualarlos al menos en energía y en dinamismo. Ellos se juegan en campo abierto un porcentaje muy alto de posesiones en transición con un ritmo altísimo y capacidad de tiro y penetración a la vez. Cuanto más limitemos a sus generadores de juego [se refiere a Mills, Ingles y Dellavedova] más posibilidades tendremos de poder ganar".

LISTOS PARA PEGARSE

Los españoles saben que los australianos van a ir a la guerra cuerpo a cuerpo, pero están listos para el combate:"Que ellos también estén listos para pegarse", asegura Willy Hernangómez. "Será un partido muy físico, con jugadores muy grandes y fuertes, pero si algo caracteriza a nuestra selección es que no siempre hemos tenido a los jugadores más grandes y más fuertes. Nuestras armas son la inteligencia al jugar, y sobre todo el juego en equipo".

Ese sentido colectivo es uno de los valores que más ha engrandecido el juego de España en el pasado reciente y en el presente. "Este grupo está junto siempre porque sabemos que es nuestra arma más potente", reconoce Pau Ribas.

Esa solidaridad se ha hecho más patente ahora con las ayudas defensivas. Ricky, Rudy, Claver y Marc, más expertos, marcan el camino atrás con su intensidad, y el resto de sus compañeros les secundan con un altruismo descomunal.

El veterano RudyFernández explica la metamorfosis de la selección: "En ningún momento pensábamos que podíamos tener esta oportunidad cuando empezó el torneo, pero hemos ido a más y confiamos en poder hacer a esta selección todavía más grande. Ahora mismo vemos una oportunidad increíble".

El mallorquín, único superviviente junto a Marc Gasol del equipo que ganó el Mundial en 2006, ve alguna analogía entre aquel equipo y este: "Sobre todo la actitud que tenemos todos los jugadores de seguir compitiendo. La actitud sigue estando ahí y siempre va a estar. Intentar ayudar siempre al equipo en sus objetivos".

Juancho Hernangómez define ese sentimiento colectivo que impregna a esta selección: "Somos un equipo, pero la palabra familia no es un decir, es un sentimiento. Somos una familia y los considero hermanos a todos, y al cuerpo técnico igual. Aquí disfrutas, aprendes, compites y cada día nos exigimos un poco más. Así vamos a llegar al objetivo". Y la familia, aunque no lo pregone en voz alta, quiere el oro.