
El Águila ganó el tercer juego de la Liga Mayor de Baloncesto (LMB) por 88-87 sobre el Rápido de La Unión y se adjudicó la corona al llevarse la serie 2-1.
El cuadro emplumado tuvo una remontada en el último cuarto para llevarse la victoria en la jugada final del encuentro, en el que los unionenses acariciaron el título y la sorpresa.
El cuadro oriental no arrancó bien el juego, en los tres periodos se mantuvo abajo en el marcador parcial, mientras que los de La Unión fueron, por mucho, contundentes.
Sin embargo, como todo deporte, nada es predecible y el Águila lo dejó claro. No era posible que tras una etapa regular brillante, invicto, perdiera la final.
"No nos dimos por vencidos, sí, en el segundo cuarto nos caímos anímicamente, pero lo resolvimos como familia y hablamos y sacamos ventaja", dijo Carlos Arias, jugador del Águila.
Y es que sí, el Águila supo aprovechar que en el último cuarto el árbitro expulsara por reclamos a quien había sido el estandarte de El Rápido durante todo el juego, Daniel King, que con 37 puntos tenía volando al equipo.
Fue en ese instante cuando los negronaranjas despuntaron, sacaron la casta y llevaron a la afición al extasis. "Esto es fruto del trabajo físico y mental. Presionamos más, Se lo dedico a Dios, a los jugadores y a toda esa afición que siempre nos ha apoyado", agregó.
Desde el inicio el juego se mostró muy apretado, con diferencia de dos o tres puntos entre los finalistas. En el primer cuarto, el equipo unionense no se guardó nada y presionó. King y Guevara fueron certeros en bajo el aro y presionaron al Águila que por ratos se perdía en los pases largos. Al final el resultado quedó del lado de El Rápido 18-22, lo que metía presión a los negronaranjas.
Para el segundo periodo, las cosas no cambiaron, el equipo de La Unión seguía manteniendo el dominio sobre el Águila; la diferencia se mantenía entre dos o tres puntos, pero era claro que El Rápido iba por más.
Guevara se mantenía atento a los pases y una canasta de tres puntos a falta de cinco minutos del final enardeció al público que se volcó a apoyar más a su equipo.
El juego se calentó cuando Miguel Baños cometió una falta sobre Carlos Espinal. Afortunadamente el pleito no pasó a más, pero era claro que el Águila se estaba desesperando viendo el marcador en contra.
Cuando el cronómetro marcaba tres minutos para el final del segundo parcial, El Rápido ya tomaba ventaja de 12 puntos; en ese instante, el conjunto oriental decayó, perdió balones bajo el aro y cometió faltas que le dieron aun mas ventaja a los rivales.
Miguel Benavides de El Rápido anotó una de tres, mientras el Águila se sumía en la presión. La afición en el Gimnasio Nacional le pedía más compromiso, pero se fueron al descanso, nuevamente, con desventaja, esta vez 33-48.
El tercer cuarto fue claro dominio de El Rápido. King y Guevara formaban una dupla contundente y letal, bajo el aro y lejos de él conseguían puntos vitales y mantenían al Águila a raya.
El Rápido se subió, elevó a la décima potencia cuando a centésimas de cerrar el periodo, Espinal marcó un triplete, limpio y el pito sonó. La afición se unionense se quedó sin voz al gritar esos puntos. Águila estaba 57-73 abajo.
Todo lo que El Rápido había logrado durante el juego se desmoronó cuando el árbitro expulsó a King, que hasta ese instante llevaba 37 puntos. Los unionenses resintieron la ausencia del jugador y dejaron espacios para que Loucel, Rivera y compañía hicieron de las suyas junto con Stephan Sheppard, vital en los últimos segundos del juego.
Fuente: La prensa grafica