El Madrid gana la Novena en una fiesta del básket
GANA CON CLARIDAD AL OLYMPIACOS
El Madrid gana la Novena en una fiesta del básket
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Fotogalería:La fiesta del Real Madrid tras ganar la Novena
Veinte años ha tenido que esparar el Real Madrid para levantar de nuevo la Copa de Europa. Veinte años de sequía que se han acabado de un plumazo tras el trabajado triunfo ante el Olympiacos en la final de la Euroliga de Madrid.
Aunque no se puede calificar como un partido brillante, sí fue intenso y duro y mantuvo la emoción hasta que el equipo de Laso dinamitó el choque en los últimos minutos. El Madrid, que pudo haber sentenciado cuando dominaba por 11 (40-29) a mediados del tercer cuarto, acabó sufriendo por ese orgullo griego que parece inagotable, pero que se agotó cuando el Madrid ya celebraba el título, camino de una victoria inolvidable, 78-59.
La Novena, en cualquier caso, pertenece a los secundarios. El Madrid fue liderado por jugadores que no tienen etiqueta de estrella pero que en la final alcanzaron para el equipo el mayor triunfo de todos.
Primero fue Nocioni en el primer cuarto, luego Maciulis en el segundo. El tercero fue de Carrol, con 11 puntos consecutivos (tres triples y una de dos) y de Rivers. Y, finalmente, los minutos más decisivos, los que encumbran a equipos y jugadores, volvieron a ser para Nocioni que estaba en todo lados, y que demostró por qué es uno de los jugadores con más carisma del baloncesto mundial.
El despegue definitivo del Madrid se produjo sin Llull, Rudy, Ayón y Reyes en pista. Una demostración de que la plantilla blanca es mucho más profunda de lo que las críticas señalaban hasta ahora. Los secundarios, muchas veces, sirven para esto, para encontrar el camino cuando de otra forma es imposible.
Trato aparte merece, obviamente, el 'Chapeau' Nocioni. Su gran partido en la semifinal tuvo continuidad en la final. El argentino, todo corazón, fue el mejor hasta el punto de que fue elegido MVP de la Final Four. Y no sólo por empuje, intensidad o dureza. También por un talento baloncestístico que se le cae. Fue la gran apuesta blanca en verano para cambiar la tendencia de los últimos años. Acierto pleno con él.
En el otro lado, el jugador que aglultinaba todos los focos, Vasilis Spanoulis, falló. Algún día tenía que ocurrir que perdiera un partido de Final Four y coincidió con la final del Madrid. Esta vez, su mal partido llegó hasta el final, no como contra el CSKA. Incluso tuvo un mal gesto con Rudy al final del partido lanzándole un balón a la cabeza. Pura decepción por la dolorosa derrota.
Queda dicho que el partido no fue brillante. Quizá ni importe. El Madrid fue el primero en tratar de escaparse (35-28 al descanso) y 40-29 a mediados del tercer cuarto. Pero los griegos lograron remontar para devolver, con un 0-12 (40-41) la incertidumbre en la final.
Ese fue el momento de Jaycee Carroll. Desde ese momento hasta el 51-44, todo fue obra suya. Tres triples y una de dos cortaron la hemorragia blanca para lanzar a su equipo al título.
Y luego tomó el relevo el 'Chapu', de nuevo y al final incluso Llull, el 'Chacho' y Rudy se unieron a la fiesta que era el Barclaycard center.
El Madrid ya disfruta de la Novena. Veinte años después, los blancos ya se han quitado de encima el gran peso acumulado durante dos lustres y aún más pesado por las derrotas en las dos finales anteriores. El Madrid ya tiene 'su' Copa de Europa. La del 95 ya no es la última y las nuevas generaciones podrán decir que han visto al equipo más laureado del Viejo Continente ganar una Copa de Europa. Y en Madrid.
Fuente:Diario Marca