Laso y los bajitos, buenos para el Madrid

Laso y los bajitos, buenos para el Madrid

El baloncesto es a veces un deporte caprichoso. Si en el primer partido el Real Madrid fue claramente superior hasta los últimos 7 minutos, en el segundo ocurrió exactamente lo contrario. Fue el Barça más consistente, hasta que una decisión desde el banquillo blanco cambió el devenir de los acontecimientos.

El segundo partido de la final de la Liga Endesa, apasionante de nuevo, empezó con una igualdad absoluta. Los efectos del Marcelinhazo no afectaron demasiado a los blancos, que empezaron aguantando el pulso a un Lorbek estratosférico, bien secundado por Huertas, Mickeal y un Fran Vázquez que se había levantado con buen pie de la siesta.

En el Madrid, Tomic dejaba muestras de su calidad, pero Velickovic no tenía su día. Tampoco Llull, mal en la dirección, algo mareado todavía después del bofetón recibido en el partido del pasado martes.

El Barça Regal endureció su defensa tras el descanso y empezó a cobrar rentas en el luminoso de un Palau Blaugrana por fin lleno. Sada, Vázquez y  Mickeal se convirtieron en muros infranqueables y en ataque, los de Xavier Pascual se desmelenaron hasta el punto de parecer que, por momentos, era Pablo Laso el que daba indicaciones desde el banquillo.

El Barça corría y corría, corría al son de Marcelinho, que sonreía cuan niño con pelota nueva. Navarro, inédito en los dos primeros cuartos, aguardaba su oportunidad, engrasando su muñeca en el banquillo. Salir "La Bomba" y empezar a enchufar fue todo en uno. El conjunto blaugrana se marchaba directo hacia el 2-0 y el Real Madrid parecía grogui, pero Pablo Laso no estaba dispuesto a recorrer de nuevo la distancia que separa el banquillo blanco del túnel de vestuarios jurando en arameo.

Cuando la situación peor pintaba para los blancos (65-56), Laso ordenó una zona 1-3-1 y puso a los pequeños en el campo. Sergio Rodíguez, Llull, Carroll, Mirotic y Reyes/Tomic se pudieron el mono de trabajo ante el desconcierto del ataque blaugrana, incapaz de leer el reto propuesto por el entrenador del Real Madrid. En ataque, Sergio Rodríguez asumió la responsabilidad anotando tres triples antológicos, bien secundado por Mirotic y Carroll. Poco importa ahora el debate sobre si el impresionante acierto del Chacho en los triples magnifica o no su aportación a este equipo. Poco importa decidir si el Chacho anota más que dirige porque lo único cierto e irrefutable es que Sergio Rodríguez se echó al equipo a sus espaldas. Con él en la pista, el Real Madrid ganó un partido que parecía perdido, con un parcial de 4 a 19 que deja al Barça sumido en la confusión más absoluta.

Se traslada la serie ahora a Madrid. Parecen los blancos, más frescos, en disposición de cerrar el título en el Palacio de los Deportes, pero el baloncesto, insisto, es caprichoso. Y no siempre el que parece que va a ganar, termina alzando los brazos. Por eso este deporte es tan maravilloso.

@fernan_ruiz

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