- 24/12/11
Domingo de Navidad. Mediodía en el Madison Square Garden. La cadena TNT y el cubo LED del estadio muestran a los espectadores con gorritos rojos y barbas blancas. Seguro habrá cotillón de Santa Claus hasta en las cajitas que contienen los nachos y los vasotes de cerveza. Cuando los Knicks reciban a los Celtics, esa será la imagen perfecta para transmitirle al mundo que en la NBA no ha pasado nada.
¿No sucedió nada? ¿No pasaron 161 días de lock out patronal, con los rostros de los jugadores sacados hasta de los sitios web de las franquicias, hasta que se aprobó el nuevo convenio colectivo de trabajo? ¿No volaron jugadores a clubes europeos y asiáticos pensando que no habría temporada? ¿No hubo ataques de hipertensión en el mercado que mueve la NBA, desde los trabajadores que pendían de un hilo hasta los fabricantes de zapatillas, que veían zozobrar un negocio multimillonario? Pasó todo esto y muchísimo más, pero finalmente Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Carlos Delfino y Andrés Nocioni comenzarán el lunes a afrontar, con diferente protagonismo, una temporada regular de 66 partidos en 124 días. El promedio dice que jugarán día por medio. Pero es mentiroso.
Manu, en San Antonio, con “los sospechosos de siempre”, con la carga de ser un equipo ganador pero de edad avanzada, tendrá que jugar 17 veces en dos noches consecutivas. Y vivirá en dos oportunidades la experiencia de disputar tres partidos al hilo: del 23 al 25 de marzo y del 16 al 18 de abril.
Esta carnicería le tocará a Luis Scola ahorita nomás, del 29 al 31. ¿Con Nueva Orleans? Eso pensaban todos el pasado 8, cuando Houston se lo mandaba con moño a los Hornets en el medio de un megacanje. La NBA abortó todo, Chris Paul fue a los Clippers y no a los Lakers, y Scola posa hoy en todas las fotos con Kevin McHale, su entrenador y leyenda.
A Carlos Delfino le trajeron a Stephen Jackson como titular, pero el santafesino se siente muy cómodo en Milwaukee. Distinto panorama padece Nocioni en Philadelphia, donde Doug Collins hace todo lo posible para marginarlo. “Es el sexto perimetral del equipo”, dijo el entrenador. Increíble.
Vuelven el showtime con volcadas para la tele y los equipos que entienden que para salir campeón hay que jugar al básquetbol. Que comience entonces esta peculiar temporada de la NBA.
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