La NBA sigue parada. La enésima reunión acabó sin acuerdo tras cinco horas de conversaciones en un hotel de Nueva York. Solo salió el compromiso de volverse a ver la pasada madrugada, en lo que puede ser el último intento antes que de manera oficial se deban de cancelar las dos primeras semanas de la temporada regular, que debería comenzar el próximo 1 de noviembre.

El reparto de ingresos no se quiso discutir ante el rechazo de los jugadores en la anterior cita de la oferta de los dueños, que pretenden hacerlo al 50%, mientras que el sindicato reivindica el 53 después de haber bajado del 57 del anterior convenio. Sí se trataron otros asuntos que deben ser incluidos en el nuevo como el tope salarial, los contratos garantizados y su duración.

En este escenario se antoja complicado evitar la cancelación de los primeros partidos. El propio comisionado, David Stern, adelantó que esta será la última oportunidad y algunos jugadores ya lo dan por hecho, como Carmelo Anthony, quien señaló que «no parece que vaya a haber un acuerdo y se suspenderán las primeras semanas».

El parón, se alargue o no, ya está dejando secuelas. Son varios los jugadores con contrato que se han alistado en equipos europeos, como Rudy (Real Madrid) o el baskonista Seraphin, a la espera de una solución. Y el alero chino Yi Jianlian, líder de su selección tras la retirada de Yao Ming, ha firmado un contrato con los Tigres del Sur de Cantón para jugar en su país la próxima temporada, finalizando así su etapa en los Wizards de Washington, con lo que ello significa en el mercado asiático para la NBA, que se queda sin representantes chinos.

Otros, como los Gasol, apuestan por la prudencia y, de momento, solo entrenan con el Barcelona. Como José Manuel Calderón, que hace lo propio con el filial blaugrana. Eso sí, sin la ropa oficial del club, sino con la marca que le viste a él. «Es raro, pero estaba planificado desde hace mucho porque aquí está el que es mi preparador físico desde hace seis años -Joan Ramón Tarragó-», explica el base de los Raptors.

«Se trata de mantener la forma después del Europeo para que en caso de acuerdo estemos preparados para volver. Necesito ritmo de entrenamientos y tengo la oportunidad de ayudar a los chavales y pasarlo bien, por lo que estoy muy agradecido al Barcelona», precisa el extremeño, que confía en que esa solución llegue «lo antes posible».

«Pensamos que llegará y esperamos que se suspenda lo menos posible», subraya el exbaskonista, que, de momento, no se plantea fichar por ningún club. «Equipos preguntan, pero tengo claro que solo lo haría si se suspende toda la temporada. No es la mejor opción fichar por dos meses; si el 6 de enero -fecha límite- no hay acuerdo, el 7 firmaré por alguien», concluye.