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Por, Alejandro Farffann

Sólo tres meses le han bastado al muchacho de 21 años proveniente de Oklahoma para convertirse en una super estrella de la NBA. Desde sus años universitarios en los Sooners ya se anunciaba la llegada de un fenómeno al mejor basquetbol del planeta.

Pero una durísima lesión en la rodilla antes de iniciar la temporada anterior le privó de hacer su debut como novato en los Clippers de Los Ángeles y las dudas sobre el futuro del anticipado mesías comenzaron a rondar.

Sin embargo, los trucos de Blake Griffin para deslumbrar al mundo se mantuvieron intactos y noche tras noche demuestra que valió la pena esperar un año para ver su poder en la madera.

Con un promedio de 23 puntos y 13 rebotes por partido y una espectacularidad que deja con la boca abierta incluso a estrellas consagradas de la NBA, el futuro de Griffin, si no recurre en lesiones, será de calibre de Salón de la Fama.

Ya implantó varios récords históricos para su equipo en sólo tres meses que hasta ahora tiene la temporada.

Tiene siete doble dobles consecutivos, anotó la mayor cantidad de puntos en un juego con 47 y tiene un récord cualitativo que los fanáticos, la prensa y sus rivales le han otorgado, es el mejor volcador de la historia de los Clippers y desde ya, uno de los mejores de la historia del basquetbol.

Griffin tiene tanto talento y un coeficiente de juego tan especial que con sólo 21 años se ha convertido en el líder de su equipo y maneja cada fase del juego como si fuera un veterano. Como pasador, rebotero, lanzador perimetral, penetrando y volcando, no tiene rival.

Bienvenidos al show de Blake Griffin, un fenómeno que nace ante nuestros ojos.

 

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