Los Denver Nuggets ya mandan en la eliminatoria frente a los Minnesota Timberwolves en las semifinales de la Conferencia Este en la NBA. Una serie que arrancó 0-2 para los Wolves con dos partidos disputados en Denver que dejaban el factor cancha muy a favor de los de Anthony Edwards y una reacción digna del campeón y del tres veces MVP Nikola Jokic.

Porque si bien la franquicia de los Nuggets recibió muchas críticas por su rendimiento durante los dos primeros encuentros, como la defensa de los Timberwolves les había superado, como no parecían tener esa marcha más que sí habían mostrado en la temporada anterior... muchas de esas críticas se centraron en Jokic.

Que si la estrella serbia no era un jugador al que buscar en los momentos de mayor necesidad, que si en liga regular muy bien pero a la hora de la verdad solo conseguían ganar cuando eran claramente superiores y que si Shai Gilgeous-Alexander era el verdadero MVP de la 23/24. Un MVP que le entregaron a Nikola Jokic antes del encuentro y que pareció dejarle en trance para lo que iba a venir después de la ceremonia.

40 puntos, 13 asistencias, 7 rebotes, 15 de 22 en tiros de campo, 0 pérdidas y la sensación de dominar todo lo que estaba pasando sobre la cancha. Jokic se sacó de la chistera uno de sus partidos más dominantes de su carrera en playoffs ya que si bien había acumulado mayores exhibiciones anotadoras -como los 53 puntos del año pasado ante los Suns o los 43 ante los Timberwolves- acumulaba un sorprendente 0-4 de balance en partidos por encima de los 40 puntos en playoffs.

 

La defensa de los Nuggets lució uno de sus mejores rendimientos de lo que va de playoffs y consiguió desconectar a un Anthony Edwards que hasta en las victorias había sido el líder de los Timberwolves. No consiguió pasar de 18 puntos aunque con unos porcentajes pobres -5 de 15 en tiros de campo- y el resto de la línea exterior tampoco acompañó. Solo Karl-Anthony Towns con 23 puntos y Rudy Gobert con un 7 de 7 en tiros de campo y 11 rebotes estuvieron al nivel esperado en unos Wolves que regresarán a su cancha para el sexto encuentro y que empiezan a ver como el plan del éxito del comienzo de la serie necesita cambios de forma urgente. O se sacan de la chistera un plan de emergencia o tendrán que probar más suerte la próxima temporada.

 

Los Knicks regresaban a New York con algunas dudas después del desgaste que estaban empezando a acumular en playoffs, pero Jalen Brunson las ha disipado todas. Aplastante triunfo ante los Pacers en el Madison con 44 puntos y una serie de 18 de 35 en tiros de campo que les permitió dominar el encuentro e incluso tener algo más de descanso de lo habitual por parte de un Thibodeau que ya había empezado a recibir algunas críticas por su forma de gestionar las rotaciones. Estelar y tomando la iniciativa en la serie con otros dos partidos por delante.

Porque Brunson fue decisivo demostrando una vez más ser el MVP de lo que va de los playoffs, pero la defensa de los Knicks volvió a asfixiar a los Pacers y a dominar el encuentro con la contribución de los secundarios. 18 puntos y 11 rebotes de Josh Hart, 17 rebotes para un imperial Isaiah Hartenstein, 18 puntos de Alec Burks desde el banco con 5 de 8 en triples... rendimientos muy importantes por parte de jugadores que no reciben tanto los focos como Brunson pero sin los que sería complicado entender a estos nuevos y renovados Knicks que están a un paso de las Finales del Este en la NBA.