El Warriors-Timberwolves, desgraciadamente, dará que hablar por la bronca monumental que se montó en la pista apenas empezado el partido. Solo se habían jugado 103 segundos y el marcador era 0-0, lo que convierte todavía en más increíble lo sucedido.
Se engancharon en mitad de la pista Jaden McDaniels y Klay Thompson, agarrándose de las camisetas -la de Thompson quedó rajada-, y se formó una auténtica tángana en la que Draymond Green se erigió en auténtico protagonista. Enésima ida de olla de un jugador inequívocamente violento.
Green agarró por detrás a Rudy Gobert, lo atenazó por el cuello con su brazo y lo arrastró durante metros por la pista hasta casi ahogarlo, con otros jugadores y el propio Steve Kerr gritándole para que entrara en razón y lo soltara. Tremendo. Indefendible una vez más. Aquí está el incidente.
Fueron expulsados nada más empezar el partido los 3 protagonistas. Para Minnesota era grave perder a un defensor como McDaniels, pero peor era para Warriors, que jugó sin Stephen Curry y también, por culpa del incidente, sin Klay Thompson y sin Draymond Green.
A pesar de ello pelearon los locales por la victoria, pero terminaron perdiendo 101-104 en la gran noche de Karl-Anthony Towns, autor de 33 puntos, 11 rebotes y 5 triples.
Anthony Edwards estuvo en modo humano y se quedó en 20 puntos y 3 robos y Mike Conley sumó 13 tantos y 8 asistencias.
La buena noticia en Warriors fue el partido del joven Brandin Podziemski, que hizo 23 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias desde la suplencia. Dario Saric fue titular y sumó 21 puntos.
Lo peor de todo, la nueva noche horrible de Andrew Wiggins, que lejos de dar el paso adelante que se le pedía con tantas bajas, dio un paso atrás.
Tras el partido, Minnesota, ¡atención a estos Timberwolves!, es segundo en el Oeste, 8-2, solo superado por Denver. Mientras, Golden State tiene marca de 6-6 con un 1-4 en San Francisco.
