Curry y compañía pudieron con el coloso Nikola Jokic para poner de nuevo a Golden State Warriors en la semifinal de la Conferencia Oeste. Un expresivo 4-1 en la serie que evidencia el sprint final del equipo de Steve Kerr, afinado al compás de Curry, que comenzó la eliminatoria como sexto hombre al salir de una lesión, ya en plena forma como demostró ante los Nuggets con 30 puntos y un triple en los compases finales que sirvió para cerrar el encuentro (102-98) y la eliminatoria.

 

 

 

Peleó como siempre Jokic (30 puntos, 19 rebotes y ocho asistencias) para subrayarse como uno de los mejores del curso, capaz de ponerse el equipo a la espalda tras las repetidas ausencias y lesiones de sus compañeros como Jamal Murray, Dozier, Porter Jr… Le ayudó, eso sí, el enérgico Aaron Gordon. Tanto fue así que alcanzaron un 94-92 en el último cuarto. Pero ahí se les acabaron las fuerzas y los Warriors firmaron un sensacional final. Draymond Green se convirtió en la lapa de Jokic y Curry, como siempre, pidió el balón en los momentos decisivos para poner una brecha insalvable con una bandeja y un triple postrero.

 

 

 

También le condiciona a los Bucks la ausencia de Middleton -lesionado en el segundo partido de la serie; el que perdieron-, el escudero de Antetokoumpo. Pero el ala-pívot griego es mucho jugador y así lo plasmó de nuevo ante los Bulls con 33 puntos y nueve rebotes, acompañado por Portis (14+17) y la muñeca de Connaugthon (20 puntos), también inspirado por Holiday (10+9 asistencias). Demasiado par DeMar DeRozan, anulado por la coral defensa rival, al punto de que se quedó con 11 puntos. Así, Milwaukee Bucks se batirá ahora con el aspirante, con unos Boston Celtics que están de dulce porque ganaron su serie con autoridad (4-0) a los Brooklyn Nets.

 

 

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