Usman Garuba fue titular por primera vez en su carrera en la NBA en la derrota de los Rockets ante los Kings por 118-121. Una recompensa a su esfuerzo en una primera temporada que ha resultado especialmente dura. El pívot español ha tenido que luchar no sólo frente a los obstáculos propios de un novato, como ganarse el respeto de la Liga, el ritmo de competición, los viajes... También se ha enfrentado a numerosos problemas físicos: una dolencia en un muslo, los protocolos de salud y seguridad de la Liga contra el COVID-19, una fractura de muñeca y, últimamente, un esguince de tobillo.

Su entrenador, Stephen Silas, dijo hace alguna semana que Garuba tendría complicado entrar en la rotación en este tramo final de la temporada, pero las ausencias de Christian Wood (tensión en el tendón de la corva izquierda) y Alperen Sengun (golpe en la pierna izquierda) le permitieron no sólo jugar sino partir de inicio. Y aprovechó la oportunidad. Ante los Kings, el exjugador del Real Madrid acabó con ocho puntos y siete rebotes en 25 minutos, su récord en la NBA.

Entre lesiones, falta de oportunidades y traslados a la G League con los Rio Grande Valley Vipers, Garuba ha participado en 19 de los 77 encuentros de los Rockets. Sus promedios son de 1,5 puntos, 2,3 rebotes y 0,4 tapones en algo más de siete minutos en pista. Quizás pueda mejorarlos en este tramo de final de temporada si los Rockets, que hace tiempo que no se juegan nada, siguen teniendo bajas. Sería una buena manera de endulzar una dura primera campaña en la NBA.

Los de Houston perdieron pese a las grandes actuaciones de Kevin Porter Jr, con 30 puntos, 12 rebotes y otras tantas asistencias, y los 32 puntos de Jalen Green. Fue el primer triple-doble en la carrera de uno, el cuarto partido por encima de los 30 para el otro, liderando a los rookies en esa estadística, y la primera vez que ambos llegan a la treintena en el mismo partido. Hay futuro en los Rockets y Garuba puede ser parte de él.