Los Phoenix Suns se cargaron a los Brooklyn Nets sin paliativos y dieron un nuevo golpe encima de la mesa entre las franquicias candidatas al anillo. Con su undécima victoria consecutiva y todavía por debajo de las diez derrotas con un balance de 41-9 esta temporada, la franquicia de Arizona se afianza noche tras noche como principal favorita al título en la Conferencia Oeste.
Devin Booker, con 35 puntos, y Chris Paul, autor de 20 tantos y 14 asistencias, dieron un recital y mandaron un mensaje a otro dúo de exteriores de primera categoría en el triunfo local por 121-111. A los Nets no les bastó con los 26 puntos de Kyrie Irving y los 22 tantos y 10 asistencias de James Harden, y quedó bien claro qué equipo posee la mejor dupla exterior del momento.
Brooklyn constató una vez más que el trato con Irving, jugador a tiempo parcial por su negativa a vacunarse que le aleja de los partidos en Nueva York, no es demasiado provechoso para el objetivo final de la franquicia: ganar el anillo de la NBA.
Esa falta de continuidad que acusan los Nets, que sufren además la ausencia de un Kevin Durant que iba camino del MVP antes de lesionarse el ligamento lateral interior de la rodilla izquierda, ha hecho hablar alto y claro a Harden: o ganamos o me piro, vino a decir hace unos días La Barba. De momento, encadenan cinco derrotas consecutivas.
En Phoenix, por el contrario, el sol brilla por todo lo alto. El equipo de Monty Williams es una máquina perfectamente engrasada y la salud les acompaña. Incluso en términos de covid-19, los Suns han sido una de las franquicias menos afectadas. A pesar del terremoto desatado por la investigación abierta en los despachos contra Robert Sarver, propietario del equipo y del RCD Mallorca, por crear un ambiente de trabajo tóxico y hostil, el ambiente en el vestuario supera la excelencia.
Más allá de la arquitectura táctica de Williams y sus tentáculos sobre la pista, Paul y Booker, todas las piezas elegidas parecen haber encontrado el encaje justo y adecuado. Mikal Bridges, autor de 27 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias anoche, sigue creciendo como jugador total en su cuarto año en la liga. A él se le acredita la también enorme capacidad defensiva de los Suns, el único equipo que está entre los cinco mejores de la liga tanto en ataque (3) como en defensa (2).
Anoche, desde el banquillo, destacó Cam Johnson con 16 puntos porque así salieron las cosas y así les iba bien a los Suns, capaces de rejuvenecer a Bismack Biyombo y dar otra vida a Javale McGee, ambos suplentes de Deandre Ayton y especialistas en exprimir al máximo sus minutos sobre la cancha. La actual racha de 11 victorias y la anterior de 18 esta misma temporada resumen a la perfección estos Suns, capaces de ganar noche tras noche contra cualquier reto que les lance el mejor o el peor de los oponentes en la NBA. Llegaron a las Finales de la NBA el curso pasado y todo apunta a que podrían repetir una vez más a pesar de todos los flashes que se llevan los Warriors.