Era cuestión de tiempo que Becky Hammon terminase siendo head coach de un equipo NBA, pero las cosas precipitaron y el momento llegó de forma inesperada y antes de lo esperado. Gregg Popovich, entrenador de los San Antonio Spurs, fue expulsado del partido contra Los Angeles Lakers y pasó la pizarra a un Hammon que hizo historia sin que estuviese en guion.
"Obviamente es algo muy grande. Es un momento importante", declaró Becky Hammon tras la derrota de su equipo (107-121), al que dirigió desde el segundo cuarto del partido después de que a Pops se le calentase la boca protestando y terminase camino de los vestuarios.
"Popovich me señaló y eso fue todo. Honestamente, en ese momento sólo intentaba ganar el partido. Digo esto mucho, pero trato de no pensar mucho en el panorama general o en el enorme aspecto de esto porque puede ser abrumador", comentó Hammon. "Es mi trabajo. Tengo que salir ahí y estar concentrada y asegurarme de que estoy ayudando a mis jugadores". Sin embargo, el momento en el que tomó las riendas de los Spurs fue mucho más que eso. "Realmente no he tenido tiempo para reflexionar. No he mirado mi teléfono así que no tengo ni idea de lo que ha pasado más allá del AT&T Center [pabellón de San Antonio]".
Becky Hammon ya había dirigido algún partido de los Spurs, pero siempre en forma de amistosos o encuentros de Summer League. El paso que dio ante los Lakers fue histórico, aunque tras el bocinazo a ella le preocupase la derrota más que otra cosa. "Fue una situación para que todos aprendamos, pero me gustaría haber terminado con una victoria para nuestros jugadores", confesó.
Su mayor rival en la noche de su debut inesperado, LeBron James se deshizo en elogios hacia la entrenadora improvisada de los Spurs. “Tuvo que hacerse cargo, mostrar su trabajo, su talento y su amor por este deporte. Tiene mucha pasión por este deporte. Felicidades a ella y felicidades a nuestra liga", comentó el jugador de los Lakers.
