Los Rockets, que venían de ganar a los Warriors sin James Harden, repitieron victoria en casa ante los Hawks, esta vez con su estrella en cancha. Pero no todo fueron buenas noticias. La locura anotadora de Harden llegó hasta los 32 partidos. Este era el 33º y no logró sumar 30 o más puntos una vez más (se quedó en 28). Sobre todo por su pésimo partido desde el tiro de tres. El escolta falló los 10 triples que intentó, la cuarta vez que le pasa en su carrera y el doble que a cualquier otro jugador en la historia de la Liga.

Más allá de Harden, los Rockets lucharon básicamente contra un solo jugador: Trae Young. El base de primer año de los Hawks empieza a acumular exhibición tras exhibición. Si alguien todavía duda de que el premio al Rookie del Año no es de Luka Doncic, aquí es donde debe agarrarse. Quizá haya empezado un poco tarde para discutirle el galardón al esloveno, pero sus últimas semanas no tienen nada que envidiarle. Anoche logró su mejor anotación desde que está en la NBA. 36 puntos con 12/23 en tiros de campo y 8/12 en triples, algunos de ellos desde posiciones muy retrasadas, la mayoría vitales para mantener a los suyos en el partido.

Es la primera vez desde marzo de 2016, cuando lo hizo Karl-Anthony Towns, que un rookie mete más puntos que Harden teniéndolo enfrente. Hubo otras 157 oportunidades para hacerlo, pero Young ha sido el siguiente en lograrlo. El presente sigue siendo el que es, pero el futuro de los Hawks cada vez es más motivante. Entre Young, John Collins (20+12) y alguno más las cosas empiezan a pintar bastante prometedoras en Atlanta. Recordemos que este año pueden tener dos elecciones de primera ronda en el draft, la suya y la de Dallas si no queda entre los cinco últimos.

Los Rockets empiezan a asentarse, una vez que van recuperando todas sus armas, algo nada habitual esta temporada. Chris Paul empieza a jugar a su nivel (20+6+8) y tienen más efectivos que nunca en el banquillo. Anoche fueron un habitual como Eric Gordon (16+2+3+2) y uno de los nuevos como Gerald Green (11 y 3 asistencias) los que más aportaron a la victoria. Los de Houston siguen quintos y, a pesar de los buenos resultados de los Blazers (cuartos), se mantienen a dos partidos de distancia. Les toquen a quien les toquen en playoffs, desde luego que no van a ser los rivales preferidos de nadie.