Con Sergio Rodríguez, los Sixers ya no son el hazmerreír de la NBA
Con Sergio Rodríguez, los Sixers ya no son el hazmerreír de la NBA
Sergio Rodríguez, defendido por Ricky Rubio, en un partido reciente. CRAIG LASSIGEPA
Por primera vez en tres años, Filadelfia gana cuatro partidos consecutivos en casa. La conexión del Chacho con Joel Embiid, clave
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LUCAS SÁEZ-BRAVO
@LucasSaezBravo
22/11/2016 12:56
¿Cómo se asimila viajar desde uno de los reyes de Europa al peor equipo (posiblemente) de la historia de la NBA? La travesía de Sergio Rodríguez, de retorno a sus orígenes -siempre tuvo alma yanqui-, sólo se podía afrontar con valentía y, de paso, con dosis extra de magia, pues en eso es único. Atravesado un mes, en Filadelfia ya se rinden a su nuevo prestidigitador barbudo, pues han de frotarse los ojos: no se recordaba nada igual, cuatro victorias consecutivas en el Wells Fargo Center, desde 2013.
La derrota como compañera de asiento. Ese era el sino de los Sixers, hazmerreír de la competición en su continua y destartalada reconstrucción. Sin pisar playoffs desde 2012, 47 triunfos en las últimas tres temporadas (por 199 derrotas), 10 en la pasada, de nuevo en las catacumbas, entregados a la causas perdidas de sus altas elecciones del draft, chicos frágiles y a menudo decepcionantes, el tanking permanente, sonrojando la leyenda de una franquicia que vio pasar a tipos como Julius Earving, Wilt Chamberlain, Moses Malone, Charles Barkley o Allen Iverson.
Eran 108 partidos sin ganar dos seguidos, desde marzo de 2015, la peor racha de la historia (otra más), superando a la de los Bucks del curso 2013-2014 (105). El curso pasado amanecieron con 18 derrotas seguidas, dos triunfos en los ¡primeros 32 partidos! Para aliviar las penas, lo llamaron 'El Proceso'. Pero este verano fue el colmo. Salió el ideólogo en los despachos de tanta resignación (Sam Hinkie) y aterrizó Bryan Colangelo. Mantuvo al meritorio Brett Brown en el banquillo y busco la forma de avanzar. Todavía muy a lo lejos, pero ya se intuye el resplandor al final del túnel.
La victoria ante los Heat (101-94) hay que unirla a la cosecha: Pacers, Wizars y Suns sucumbieron en el Wells Fargo, ese escenario donde los rivales se frotaban las manos. Ahora acuden consecutivamente tres de los grandes donde intentar testar los avances: Grizzlies, Cavaliers y Bulls. El verdadero nombre propio del renacimiento es un tipo llamado a dominar la NBA desde ya y que ha encontrado en Sergio Rodríguez al socio perfecto para su crecimiento. Joel Embiid, todavía con los minutos restringidos, es el gigante al que entregar el porvenir.
Los Sixers le escogieron en el tercer puesto del draft de 2014, aún sabiendo que habrían de esperar, pues el camerunés, formado en Kansas, se había fracturado el pie derecho en una prueba con los Cavaliers, quienes poseían la primera elección. El curso pasado recayó. Dos temporadas a la basura. Todo parecían nubes negras.
Hoy, apenas 22 minutos por noche, promedia 18.4 puntos, 7,3 rebotes, 2,3 tapones y más de un triple. Es ya el gran favorito para el rookie del año y hasta decide partidos. Ante Miami no le temblaron las manos en los tiros libres decisivos. Después de Navidad podrían darle rienda suelta.
Y el Chacho le busca. Permanentemente. Una conexión que es oro y en los Sixers lo saben. Ya están promocionando al español para que acuda al All Star, al concurso de habilidades. Sergio, más de siete pases de canasta por partido, está entre los 10 mejores en asistencias de la NBA. Y eso que ahora la competencia en la plantilla va a crecer, pues contra los Heat regresó Jerryd Bayless. De momento, desde el banquillo. Pronto también lo hará Nerlens Noel para dar más potencia al juego interior y sigue faltando Ben Simmons, el número uno del último draft, aunque no hay fecha para el retorno del australiano, que se rompió el quinto metatarsiano del pie derecho sin ni siquiera debutar.
Fuente://www.elmundo.es/