A falta de tres partidos para el final de la liga regular, los Warriors mantienen sus opciones de convertirse en el mejor equipo de la historia de la NBA. El récord de victorias de los Bulls de Jordan (72-10) está a su alcance después de que Golden State venciera el jueves en su casa a los Spurs, pero para conseguirlo deben aún atravesar un camino complicado que les llevará a medirse de nuevo a su gran rival del Oeste.

Ninguno de los tres encuentros que disputarán los Warriors antes de los playoffs será sencillo, pero son quizá los dos del fin de semana los que más dificultad entrañan. Para empezar, los de Steve Kerr visitarán esta noche Memphis (2.00 horas) donde se verán las caras con un equipo que aún lucha por alcanzar un buen puesto antes de playoffs, pero que ha perdido a muchas de sus figuras. Aún así, los Grizzlies en su casa son siempre un conjunto correoso que pondrá en dificultades a los Warriors.

Si superan esa prueba y casi sin descanso, Golden State se medirá de nuevo a los Spurs el domingo, pero esta vez en San Antonio. Allí, donde no ha ganado nadie en toda la temporada, es donde los Warriors deberán demostrar si son de verdad el mejor equipo de la historia de la NBA. Un duelo que servirá de anticipo de lo que podría ser la final de la conferencia Oeste.

Por último, y siempre que hayan sacado adelante estos dos partidos, los Warriors recibirán en casa a los Grizzlies el miércoles, en la que última jornada de la fase regular. Un choque que, a priori, no debería ser un problema por las ausencias del conjunto de Memphis que, además, llegará con los deberes hechos a Oakland.

Pase lo que pase, los Warriors pueden presumir ya de ser el segundo mejor equipo de la historia, tras haber superado las rachas de los Lakers de la temporada 1971/72 (69-13) y los Bulls de la 1996/97 (69-13).

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