A días de cumplirse el primer mes de la temporada de la NBA, el torneo tiene nombre y apellido: los Warriors de Golden State.
Se sabía que el quinteto campeón defensor iba a hacer honor a su apodo en el inicio de la búsqueda de un campeonato consecutivo, pero no de la manera en que arrasaron en noviembre.
Su arranque de 16-0 es histórico en la liga, quebrando la marca impuesta por los Capitols de Washington en la temporada 1948-49 (15-0) y por los Rockets de Houston en la 1993-94 (15-0).
El dominio de Golden State aflora comparaciones con los Bulls de Chicago de Michael Jordan y su temporada récord de 72-10 en 1996-97, quienes para esta fecha jugaban para 13-2.
Todo es mejoría para los Warriors, quienes juegan sin su entrenador Steve Kerr, quien se recupera de una operación en la espalda y son dirigidos por el técnico interino Luke Walton, de apenas 35 años.
Incluso, Stephen Curry, vigente Jugador Más Valioso, muy bien podría ganar el premio del Progreso del Año. De promediar 23.8 en noviembre pasado, subió a 32.1 con par de juegos de 40 unidades o más este año, en línea para repetir el metálico de JMV.
Fuera de una remontada de más de 20 puntos frente a los Clippers, los Warriors no parecen tener competencia y su calendario en las próximas semanas parece un paseo.
Excepto por posibles partidos competitivos contra los Raptors y unos mejorados Pacers, no es imposible que Golden State llegue invicto 28-0 para su duelo de Navidad contra LeBron James y los Cavaliers de Cleveland, en un choque de pasados finalistas.
Por ahora, si pierden es porque quieren.
En la misma línea, repasemos las sorpresas y las decepciones en los primeros 30 días:
Decepción - Pelicans de Nueva Orleans
Esta no era la manera que se suponía iniciarían Anthony Davis y los Pelicans.
Después de una temporada digna de JMV para el cotizado centro y para el equipo quie se aferró al octavo puesto clasificatorio de la Conferencia del Oeste, Nueva Orleans ha sido desplumado por la competencia con un arranque de 3-13, penúltimos al frente de los Lakers.
Si alguna excusa tiene es que su escuadra ha estado plagada de lesiones en el primer año del dirigente Alvin Gentry.
Con las dolencias de Tyreke Evans, Norris Cole, Jrue Holiday y Omar Asik, la carga ha caído
en los hombros de Davis. Por más estrella que sea, no puede volar solo en un aguerrido Oeste
en lo que parece será un invierno y primavera larga para la ‘uniceja’.
Sorpresa- Kristaps Porzingis
Los sufridos fanáticos de los Knicks de Nueva York pegaron el grito en el cielo cuando la franquicia escogió al espigado letón Kristaps Porzingis en el cuarto turno del sorteo de novatos de la NBA.
Se vio hasta un niño llorar por la selección. Probablemente, el menor ahora debe tener su camiseta con el apellido europeo en su espalda.
Porzingis, al momento, está haciendo quedar a Phil Jackson y le saca sonrisas a Carmelo
Anthony con su excelente acoplo al estilo de la liga.
Con 20 años, Porzingis está tercero en puntos (13.7), segundo en rebotes (9.1) y tercero en bloqueos (1.5) entre los novatos. Su comodidad debajo del ahora ha creado nuevos afiches de donqueos sobre sus contrincantes.
Queda bastante camino para que los Knicks vuelvan a competir por un título, pero Porzingis
parece ser la primera piedra rumbo acabar la agonía del quinteto de la Gran Manzana.
Decepción- Rockets de Houston
Proclamarse el mejor jugador de la NBA le pasó factura temprano a James Harden.
Sus Rockets de Houston, finalistas del Oeste por primera vez desde 1997, comenzaron sin combustible.
Houston no se encuentra entre los primeros ocho equipos de la conferencia después de un arranque de 5-9, lo que provocó el abrupto despido del dirigente Kevin McHale.
Algo parece no funcionar en el quinteto que regresó casi intacto y que añadió el dinamismo del armador Ty Lawson.
A su salida, McHale se quejó de la falta de compromiso de los jugadores y sus descuidos en cancha, algo inaceptable para un equipo que ganó 57 partidos la temporada pasada.
Con un inconsistente Dwight Howard, los Rockets no se pueden dar el lujo der ser chapuceros cuando el Thunder busca reclamar su espacio entre los mejores del Oeste.
Sorpresa- El regreso de la Conferencia del Este
Sin contar la atrocidad de los Sixers de Filadelfia (0-15), el Este ha recuperado competencias
más allá de ser la tierra de LeBron James.
Hasta la fecha, 11 equipos de la conferencia juegan para .500 (el Oeste tiene seis), donde se destacan los Pacers de Indiana y los Pistons de Detroit.
Indiana parecía entrar en etapa de reconstrucción con las salidas de David West y Roy Hibbert
pero Paul George juega su mejor baloncesto desde su terrible lesión en una pierna para tener a los Pacers con nueve triunfos en sus últimos 11 partidos. Su nueva ofensiva apuesta a tiros de larga distancia, tienen un banco rejuvenecido y la defensa- etiqueta del dirigente Frank Vogel- no defrauda.
Simplemente, no se puede dudar de Larry Bird.
En Detroit, el proyecto de Stan Van Gundy comienza a cobrar vida y el protagonista es el
talentoso Andre Drummond, en ruta a convertirse en el mejor centro de la liga.
Decepción- Kobe Bryant
Kobe Bryant no tendrá una despedida feliz de los Lakers.
En lo que todos apuntan será la última temporada de ilustre carrera, el veterano de 37 años está lejos de ser uno de los mejores anotadores de la liga.
Con la espalda adolorida, Bryant anotó cuatro puntos en su último partido, en el que tiró para
14-1 frente a los Warriors.
Lleva 12 encuentros en los que no lllega a los 25 puntos, promediando menos del 50% de sus intentos de campo, la racha negativa más larga de su carrera.
Últimos en el Oeste, los Lakers apuntan a otra decepcionante temporada con una inexperta escuadra.
Los fanáticos esperaban al menos ver destellos de los mejor de Bryant como consuelo. Al
parecer, se quedarán con las ganas.
Vídeo:
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