Pau Gasol vive días de vino y rosas en Chicago. Su adaptación al equipo ha sido perfecta y su contribución al mismo, superlativa. La NBA todavía anda boquiabierta con el recital que protagonizó el español ante los Bucks. No está al alcance de muchos jugadores en el mundo firmar en un partido 46 puntos y 18 rebotes. Y menos cuando uno va camino de los 35 años.

La edad no ha hecho mella en sus piernas ni en su vitalidad. Y mucho menos en su inteligencia y su equilibrio emocional, claves de su excelso rendimiento en la cancha. De hecho, sus prestaciones no sólo no han menguado con el tiempo, sino que en algunos aspectos del juego han crecido.

Esta temporada está firmando con los Bulls algunos de sus mejores números en sus 14 años de carrera en la NBA. Nunca había promediado tantos rebotes (11,4) como profesional, ni había puesto tantos tapones por partido (2,2). Tampoco antes se había mostrado tan certero desde el tiro libre (82,7%). Y nunca antes, en todo su periplo en la NBA, había lanzado tantos tiros por partido (15,1). En su equipo están encantados de que lo haga y le animan para que siga tirando del carro.

No en vano, Pau se ha convertido en la primera referencia de los Bulls y en el elemento esencial de su regeneración. Sobre todo porque el jugador franquicia de su equipo, Derrick Rose, sigue renqueante de su maltrecha rodilla izquierda. Ya se ha perdido siete partidos esta temporada, lo que ha obligado, si cabe, al español, a remar más fuerte.

Y lo ha hecho, pues amén de ser el líder reboteador y taponador de los suyos, es el líder de eficiencia de los Bulls (22,4), el segundo máximo anotador (18,7) tras Jimmy Butler (21), el segundo que más tiros realiza por partido (15,1), sólo superado por Rose (15,7), y el segundo con mejor porcentaje de tiros de campo (48,1%), tras Gibson (50,6%).

Y no sólo destaca en su equipo. Es el cuarto máximo taponador de la NBA, el quinto máximo reboteador, el quinto que más dobles-dobles acredita hasta ahora (20), el decimosexto en eficiencia y el vigésimoprimero en anotación.

Estable y profesional
En los Bulls bendicen el día de su llegada. Ya sabían de lo que era capaz en la cancha, pero están empezando a conocerle en las distancias cortas. Y ahí Pau arrasa. "Es el tipo de persona que es especial cuando se compromete con algo", dice Thibodeau. "Es muy buen profesional y muy estable. Tiene una actitud positiva todos los días", apunta Noah.

Y Pau sigue a lo suyo: "Si nos fijamos en mi carrera todos los años he sido consistente, eso es lo que me distingue de otros". Y cada año lo es más. Debe sentirse como el protagonista de 'El curioso caso de Benjamin Button', pero su rejuvenecimiento es muy real.