Kevin Garnett, con fama de ser uno de los jugadores más sucios y pendencieros de la NBA, hizo honor a su leyenda negra dando un balonazo y propinando un cabezazo a Dwight Howard, que le soltó un derechazo, en uno de los incidentes más violentos y vergonzosos del curso en la NBA.

Garnett perdió por completo el control y aunque personal de seguridad del campo, técnicos y varios jugadores intentaron calmarlo, siguió en busca de Howard.

Al final el incidente no fue a más, pero los árbitros lo revisaron y lo cerraron con falta para ambos jugadores y una nueva técnica a Garnett, que le costó la expulsión (lo que le costará un mínimo de un partido de suspensión).

La NBA revisará las imágenes y podría ampliar el castigo del mediático reincidente de 38 años.