La NBA hizo definitivo ayer algo que ya se conocía desde hace meses: los Charlotte Bobcats han dejado de ser los Bobcats para pasar a ser los Charlotte Hornets. La franquicia sigue siendo la misma, y en su cancha jugarán el año que viene los mismos jugadores –con las variaciones naturales que se produzcan en el mercado veraniego–, pero ni los colores, ni el logo, ni la camiseta serán las mismas.
Para el recuerdo quedan diez temporadas bajo el nombre de Bobcats que como conjunto forman parte de lo peor de la historia de la NBA. Desde que se creó la franquicia en el año 2004, los Bobcats solo han jugado dos veces los Playoffs –pese a jugar en la débil Conferencia Este–, y en ninguna de las dos ocasiones consiguieron sumar una victoria.
El descorazonador balance total del equipo ha sido de 293 victorias y 511 derrotas durante la década, aunque un año destaca sobre el resto. En la temporada 2011-12, los Bobcats solo ganaron siete de los 66 partidos que jugaron, el peor porcentaje de victorias que cualquier equipo ha tenido jamás en la historia de la NBA. Un tiempo antes, Michael Jordan se había convertido en el propietario de la franquicia. El mejor de la historia era el dueño de lo peor de la historia.
Con aquella temporada esperaban al menos conseguir el número uno en el draft, el método por el que los jugadores jóvenes entran en la liga. El sorteo les relegó al segundo puesto y no pudieron elegir a Anthony Davis, un proyecto de superestrella. En general, nunca dieron con las estrellas en los drafts: en 2006 también eligieron con el tres a Adam Morrison, que apenas pudo jugar en la NBA.
Las vueltas de la NBA en Charlotte
El caso de los Bobcats, los Hornets y Charlotte es muy llamativo. Los Charlotte Hornets fueron fundados en 1988 y se mudaron a Nueva Orleans en 2002 por falta de público en el pabellón. Sin embargo, la NBA se comprometió a crear otra franquicia para la ciudad y así nacieron los Bobcats, en paralelo a los New Orleans Hornets.
Con el tiempo, los Hornets quisieron quedarse con un nombre más propio de la ciudad de Nueva Orleans, y pasaron a llamarse Pelicans. Aprovechando que el nombre de Hornets se quedó libre, en Charlotte se volvieron a apropiar de él y, aunque es un equipo distinto, técnicamente la historia, estadísticas y récords de los Charlotte Hornets les pertenece. Este año los Bobcats jugaron Playoffs –perdieron 4-0 con Miami–, y han juntado a un grupo de jóvenes (destaca Kemba Walker) y algún buen veterano como Al Jefferson. Ahora que ya no se llaman Bobcats, tienen más motivos para empezar a remontar.