Keon Clark: "Nunca jugué un partido NBA sobrio"
Keon Clark es condenado a 30 meses de prisión

El sueño americano ha vuelto a presentar su cara menos amable en la NBA. Ese lado que eleva a jóvenes a los altares de las deidades para luego enviar a su protagonista a lo más profundo del averno. En este caso el desgraciado protagonista es Keon Clark, un ala-pívot que hizo carrera como jugador de equipo gracias a unas condiciones físicas excepcionales y que ha sido condenado a ocho años de carcel.

'Mr. Fibra', como le bautizó el genial Andrés Montes, tendra que cumplir dos penas de cuatro años cada una por conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas y por posesión de armas. Es la culminación de un anunciado descenso a los infiernos.una clínica de rehabilitación en el estado de Texas.

Clark, que llegó a la NBA en 1998 tras ser elegido por los Denver Nuggets en el puesto 13 del draft, fue detenido en octubre del 2007 por no tener la licencia de armas y posesión de drogas. El juez Richard Klaus condenaba a 30 meses de prisión al ex jugador. En su sentencia el juez consideraba al ex NBA "peligroso para la comunidad, especialmente cuando conduce", y decidió el ingreso en prisión de Clark, que tuvo que ser detenido por los Marshalls un mes después de darse a la fuga.

El ala-pívot desarrolló su carrera entre Denver, Toronto, Sacramento y Utah, donde jugó apenas dos partidos coincidiendo con el español Raúl López. A pesar de su exhuberancia física, Clark era conocido por hacer el trabajo sucio (llego a poner 12 tapones en un partido ante los Hawks, lo que da una idea de su poderío físico) y nunca acumuló grandes estadísticas (8,2 puntos y 5,9 rebotes en 22,6 minutos) lo que le llevó a poner fin a su carrera en 2004, tras no encontrar sitio en los Suns, que se hicieron con sus derechos.

Tras abandonar la Liga, Clark llegó a confesar que sus problemas con el alcohol y reconocio que se bebía media botella de ginebra a diario ,incluso durante los descansos de los partidos. "Nunca jugué un partido sobrio... desafortunadamente. Nunca paré", explicó el ex jugador de Nuggets, Raptors, Kings, Jazz y Suns en unas declaraciones que recogió ESPN.

La condena a ocho años de prisión por viejos pecados es el culmen de un proceso de autodestrucción que acabó con un jugador de unas condiciones suficientes para triunfar, pero que nunca supo lidiar con la vida de un deportista profesional.

Fuente:Diario Marca