Xavier Díez 21/06/2013 11:28

Miami Heat y San Antonio Spurs han disputado una de las mejores finales de las últimas décadas. Dos generaciones, dos dinastías frente a frente. San Antonio tenía ante sí la última oportunidad (¿o no?) de conquistar el anillo con el trío formado por Tony Parker, Manu Ginóbili y Tim Duncan. El broche de oro para una trayectoria de ensueño que empezó con la llegada de Gregg Popovich al banquillo en 1996. En el 1999 conquistaron su primer campeonato, aún sin Parker y Ginóbili. En 2003, 2005 y 2007, repitieron éxitos, siendo los grandes dominadores de la primera década del Siglo XXI.

Miami llegó a la final con el cartel de favorito. Con un balance de 66 victorias y 16 derrotas en temporada regular, el conjunto de Erik Spoelstra era el equipo a batir. LeBron James volvía a capitanear a un conjunto que se proclamó campeón la temporada anterior, derrotando con autoridad a los Oklahoma City Thunder. Tras el tropiezo de 2011 ante los Dallas Mavericks, el 'Big Three' de los Heat no estaba dispuesto a fallar.

Primer partido

San Antonio se plantó en el American Airlnies Arena tras descansar durante diez días al eliminar por la vía rápida a los Memphis Grizzlies (4-0) en la final del Oeste. Más complicado fue el camino de los Heat, que tuvieron que recurrr al séptimo partido para deshacerse de los Indiana Pacers. La igualdad fue la nota dominante de un choque que se acabó decidiendo en el último cuarto con una genialidad de Tony Parker a falta de cinco segundos para el final. De nada sirvió el triple-doble de LeBron James, que vio como la pareja formada por Duncan y Parker asestaban el primer golpe.

Segundo partido

Los Heat no habían perdido dos partidos consecutivos desde el mes de Enero y tenían la obligación de ganar para evitar que se les escapara el anillo. Así lo hicieron. Un parcial de 33-7 en la segunda mitad decantó la balanza en la segunda mitad. Mario Chalmers fue el mejor de los locales, pero LeBron protagonizó una de las jugadas de la serie, con un espectacular tapón sobre Tiago Splitter.

Tercer partido

También acabó en paliza, pero esta vez favorable a los Spurs, que volvían a recuperar el mando de la serie. El acierto desde la línea de tres de Danny Green y Gary Neal, con 13 triples entre ambos, desencajó a la defensa de los Heat, que además vieron la peor versión de LeBron James. Con él en pista, el parcial fue +32 favorable a los Spurs.

Cuarto partido

Pero los campeones siempre son capaces de reaccionar después de encajar un golpe. El 'Big Three' se vio contra las cuerdas y ofreció una actuación memorable. Se gustaron, se exhibieron y pasaron por encima de unos Spurs abrumados por las circunstancias. LeBron finalizó con 33 puntos, Wade con 32 y Bosh con 20.

Quinto partido

De nuevo empate en el marcador. La alternanza en las victorias continuó y llegó el turno de los Spurs, que se colocaron a un sólo triunfo del campeonato (3-2). Tras cuatro partidos discretos, apareció el mejor Ginóbili, autor de 24 puntos y 10 asistencias. Danny Green no dejó de enchufar triples y Tony Parker no acusó sus problemas físicos. Miami quedaba contra las cuerdas.

Sexto partido

Los Spurs necesitaban una victoria en los dos últimos partidos que se disputarían en el American Airlines Arena. Y estuvieron cerca, muy cerca. Los hombres de Popovich dejaron escapar el anillo en una acción que quedará para la historia. El conjunto tejano lo tenía hecho cuando, a falta de 28 segundos para el final, ganaban por cinco. Pero nunca puedes dar por muerto a un equipo campeón y menos si en sus filas tiene a LeBron James. LeBron acercó a los suyos con un triple, pero fue Ray Allen el héroe de la noche. En la última acción del tiempo regular, Allen, que había visto como Danny Green le robaba el honor de ser el jugador con más triples anotados en una serie final, se elevó por encima de Tony Parker para clavar un triple descomunal y forzar la prórroga. Los Heat renacieron y ya nadie pudo pararlos.

Séptimo partido

Todo o nada. Vencer o morir. Lo hora de la verdad. En 2011, cuando los Heat perdieron la final ante los Dallas Mavericks, Lebron James fue duramente criticado por su falta de liderazgo e incapacidad de llevar a su equipo al título. 'El Elegido' quiso cerrar la boca a todos sus detractores. Acabó el séptimo partido con 37 puntos, incluidos cinco triples, 12 rebotes, 4 asistencias y sobretodo, apareció en el momento justo para hundir a unos Spurs que lucharon hasta el final: 90-88 en el marcador, posesión para Miami y 40 segundos por delante. LeBron pidió el aclarado y retó a Leonard, que durante toda la noche había sido incapaz de pararle. Esperó a que se consumiera el tiempo antes de conseguir la canasta ganadora. Guste o no guste, LeBron sigue siendo 'El Rey'. Su segundo anillo ha llegado. Larga vida al Rey.