En el amistoso ante los Jazz,  se fue hacia las gradas de nuevo, pero esta vez lo hizo con encanto. En un lance del choque, el balón salió despedido hacia los aficionados situados detrás de canasta. Una chica estaba ahí para capturarlo, y el otrora Ron Artest supo agradecérselo con un beso en la mano.

¿Lo haría en un hipotético Game 7 de una serie de Playoffs? Él seguramente sí.