De los otros tres equipos involucrados en el cambio de Dwight Howard a los Lakers, dos salieron airosos en la transacción, y ninguno fue el Magic.

De los otros tres equipos involucrados en el cambio de Dwight Howard a los Lakers, dos salieron airosos en la transacción, y ninguno fue el Magic.

 


El panorama de la NBA cambió como por acto de magia, aunque Orlando no se llevó el aplauso del público tras la función.

Perdido en la celebración de la unión entre los Lakers y Dwight Howard, tres otros equipos vieron su inmediato futuro alterado en la transacción que modificó las proyecciones para la próxima temporada de la NBA. Pero mientras el Magic toca fondo, los Philadelphia 76ers y los Denver Nuggets pueden decir que salieron como ganadores detrás de Los Angeles.

A pesar del golpe recibido a su imagen, Howard se salió con la suya en el divorcio con el Magic, logrando vestir el violeta y oro de los Lakers que serviría de incentivo para madurar en y fuera de la cancha. Su presencia coloca automáticamente a Los Angeles entre los favoritos para ganar el campeonato de la NBA, quizás un paso atrás del monarca Miami Heat y el subcampeón Oklahoma City Thunder.

En el otro lado del espectro terminó Orlando, que ahora le abre los brazos a un proceso de reconstruccción que no garantiza un regreso a relevancia. Y en el medio, los 76ers y los Nuggets celebran adquisiciones que aunque no asustan a los favoritos, sí brindan esperanza y reafirman su compromiso con sus seguidores.

SIN MAGIA ORLANDO

Así de bien que luce la gerencia de Los Angeles en la temporada muerta, así de maltrecha que terminó la de Orlando luego del divorcio con Howard. Sin contar que es la segunda vez que los Lakers le 'tumban' un 'Superman' en un abrir y cerrar de ojos.

El Magic jamás tuvo las de ganar con Howard, quien jugó con sus sentimientos en varias ocasiones durante la agria separación. Orlando debió salir de él antes, o más cerca de la fecha límite para hacer cambios, cuando el interés de los equipos sería más alto y su disponibilidad mayor para asumir contratos malos.

En vez, Orlando decidió halar el gatillo ahora, recibiendo un decepcionante paquete de jugadores (aunque Moe Harkless, de origen boricua, podría ser una revelación) y selecciones protegidas que no luce a la par con lo que brinda Howard, y no trae el alivio económico esperado; tres All-Stars estuvieron envueltos en la transacción, y ninguno es propiedad del Magic.

Me gustaría pensar que la gerencia del Magic sabe lo que hace, y que pasa la página mientras apuesta a construir a través del draft. El GM Rob Hennigan viene de la escuela del Thunder y los Spurs, y parece que utilizará una fórmula similar para crear un equipo ganador en Orlando. Reconstrucción a un lado, deja un mal sabor cuando tienes la ficha más grande en la mesa y terminas perdiendo, en todo el sentido de la palabra.

(Houston y Brooklyn también son perdedores en el drama que arropó a Howard).

SIXERS TIENEN SU HOMBRE GRANDE

Aunque Philadelphia clasificó por segundo año corrido bajo la dirección de Doug Collins, ganando una serie de postemporada por primera vez desde el 2002-03, su presente y futuro no impresionaba en una Conferencia del Este donde LeBron James es rey.

La adquisición de Andrew Bynum (18,7 ppj, 11,8 rpj), el segundo mejor pívot en la NBA, no los coloca a la par con el Heat, pero les brinda una figura y una pieza importante que por lo menos debe ayudarlos a mejorar una ofensiva que fue el talón de Aquiles la campaña pasada.

Bynum aún tiene espacio para crecer como canastero si evita las lesiones y se mantiene enfocado en la acción; de firmar a largo plazo, los Sixers podrían tener su jugador franquicia en sitio.

Philadelphia apuesta a que la enorme presencia del pívot y el desarrollo de los defensas Evan Turner (9,4 ppj, 5,8 rpj) y Jrue Holiday (13,5 ppj, 4,5 apj) sean suficiente para competir en lo que su ofensiva (93,6 ppj) alcanza su defensa (89,4 pppj).

COMO ANILLO AL DEDO EN DENVER

Fuera de Howard, quien no debe tener problema alguno en cuajar con sus nuevos compañeros en cancha, Andre Iguodala (12,4 ppj, 6,1 rpj, 5,5 apj) es quizás el mejor que debe acoplarse a su nuevo entorno.

En Iguodala, los Nuggets consiguen a versátil canastero capaz de defender las posiciones dos y tres a un alto nivel. Ese factor defensivo es crucial en un equipo de Denver no conocido por esas destrezas.

George Karl lo utilizará como parte de una profunda rotación de canasteros que debe incomodar a los equipos más grandes con su velocidad y juego alegre, aunque se quede corto en la postemporada cuando el ritmo ofensivo disminuya y las estrellas tomen control.
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