¿Se podría jugar con cuatro pívots?

Para muchos aficionados la época dorada que está viviendo el baloncesto español tiene como principales culpables al gran número de jugadores que tiene nuestro país en la NBA, la mejor liga del mundo. Pero yo voy más allá. Además de un gran número de estrellas dentro de la pista, en España hay un ingente número de entrenadores de calidad, no sólo en la ACB, sino también en las categorías inferiores, sobre todo en el baloncesto de formación.

Cuando los jugadores están aprendiendo a tirar, a pasar o a defender, se les inculca también una serie de conocimientos tácticos que, en el futuro, les harán mejores jugadores que aquellos que han dominado desde muy pequeños y en exclusiva el apartado técnico. Los entrenadores de la escuela yugoslava vieron la importancia del baloncesto de formación muy pronto y estudiaron las principales corrientes academicistas para dotar al Kosarka (baloncesto en los países yugoslavos) de casi todas las bases de su éxito.

En el baloncesto de base español se lleva bastante tiempo introduciendo la figura del alero alto que carga el rebote, sobre el alero exclusivamente tirador. Posteriormente hemos visto esto en la élite en hombres como el eterno 3 de la selección española, Carlos Jiménez.

Pero paralelamente a la inclusión de este 3 alto, algunos entrenadores de base introdujeron (con un éxito dispar) un sistema con tres interiores. El alero era tan alto que se convertía en un interior más. Así pues, el sistema sería un base, un escolta, dos alas-pívots y un center nato. Estas modificaciones tácticas son el pan nuestro de cada día en el baloncesto y no nos resulta extraño ver, por ejemplo, a quintetos con dos bases puros,dos pívots fajadores o con dos exteriores de los cuales no se sabe discernir cuál es el alero y cuál el escolta. Conforme han ido avanzando los tiempos y dependiendo de los jugadores de los que se dispongan, las posiciones se han difuminado hasta tal punto que el formato clásico de 'base, escolta, alero, ala-pívot y pívot' es muy difícil de ver.

Como ya se ha probado a jugar con dos bases, con tres interiores y hasta sin un pívot dominante, se me ocurre una cuestión a raíz del extraño quinteto que me ha salido eligiendo a los mejores jugadores de la NBA en la pasada noche. ¿Por qué no jugar con cuatro interiores?

Aquí tenéis el 5+1 de 'He Got Game'

PG. Steve Nash. Los años no pueden con él y los rumores le sitúan el próximo año en los New York Knicks. Pero de momento, Nash se centra en el presente. Pese a que no pudo llevar a sus Suns a la victoria, anotó 17 puntos y repartió 14 asistencias ante Toronto.

PF. Ryan Anderson. Ya os he dicho unas cuantas veces que este ala-pívot me gusta bastante. Esta temporada empezó muy fuerte y no ha bajado el pistón. En la victoria ante los Pacers (102-84), Anderson anotó 24 puntos y se hizo con 8 rebotes. Estuvo, como casi siempre, muy acertado desde la línea de tres puntos, con un sensacional 5/7.

PF. Chris Bosh. Con la baja de Wade está asumiendo más galones en los Heat. En el último cuarto ante los Cavs (92-85) anotó 18 puntos para un total de 35, con 10/16 en tiros de campo. Bosh, que está viviendo su mejor época en Miami, fue el mejor del partido

F-C. Andrea Bargnani. Volver de una lesión, anotar 36 puntos y dar la victoria a tu equipo tras 14 derrotas ante los Suns se debe de decir en italiano Andrea Bargnani. Porque el pívot cuajó un sensacional partido, especialmente en la segunda mitad, donde mantuvo el temple necesario para otorgar una nueva victoria a los canadienses.

C. Tyson Chandler. El pívot cuajó su mejor partido desde que se enfunda la camiseta naranja y azul de los Knicks con 20 puntos (9/10 en tiros de campo) y 17 rebotes. Un encuentro 'Howardesco' que le vale el título honorífico de 'He Got Game'.

Sexto hombre. Kemba Walker. El base-escolta de los Bobcats está supliendo a la perfección la baja temporal de DJ Augustin. Pese a la derrota ante los Knicks y el mal porcentaje (7/17), Walker anotó 22 puntos.

Ante la mala actuación de hombres como Carmelo Anthony (1 punto con 0/7 en tiros de campo) no me ha quedado otra solución que proponer un quinteto casi exclusivamente con jugadores interiores. A mí no me gusta mucho el apaño, ya que prefiero planteamientos más tradicionales. ¿A vosotros qué os parece este experimento?

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