La décima edición de los Juegos Centroamericanos que se inauguran este domingo en San José y se prolongarán hasta el 17 de marzo, será la más concurrida desde su primera versión en 1973, con la asistencia de unos 2.500 atletas de siete países.

Según datos de los organismos olímpicos de cada país, Guatemala ha acreditado 425 atletas, Honduras 323, El Salvador 423, Nicaragua 385, Panamá 338, y el anfitrión, Costa Rica, 567.

De Belice está confirmado el arribo de una delegación este fin de semana, pero no se ha precisado el número de sus integrantes.

Están programadas competencias en 26 disciplinas: ajedrez, natación, atletismo, baloncesto, balonmano, béisbol, boliche, boxeo, ciclismo, ecuestre, esgrima, físicoculturismo y fútbol.

También en Ginmnasia, judo, karate do, halterofilia, lucha, patinaje, raquetbol, softbol, tae kwon do, tenis, tenis de mesa, triatlón y voleibol.

De las nuevas ediciones anteriores, Guatemala ha encabezado el medallero en cuatro oportunidades (1986, 1990, 2001 y 2006); El Salvador ha ganado tres (1994, 1997 y 2010), en tanto que Panamá ganó las dos primeras en 1973 y 1977.

Los juegos se desarrollarán en numerosos escenarios de la ciudad de San José, entre los cuales los más importantes son el Estadio Nacional y la Ciudad Deportiva de Hatillo, construida especialmente para los X Juegos Centroamericanos.

El Estadio Nacional, inaugurado hace dos años, con capacidad para poco más de 35.000 espectadores, alojará competencias de fútbol y atletismo.

La Ciudad Deportiva, ubicada en el populoso suburbio de Hatillo, en el sector suroeste de la capital, albergará natación, racquetbol, voleibol, baloncesto y balonmano.

Este complejo, que cuenta con piscina olímpica, gimnasio para más de 5.000 espectadores y cuatro canchas de racquetbol, fue construido especialmente para los X Juegos Centroamericanos.

Además de estas dos instalaciones, los organizadores han habilitado gimnasios, estadios, piscinas, pistas y canchas de diferentes deportes en comunidades y centros educativos en toda la capital.

La mascota de los juegos es un pequeño jaguar conocido como "Namu" en bri-bri, el idioma de la etnia indígena costarricense del mismo nombre, que habita en el Caribe sur del país.

Para las culturas mesoamericanas (México y Centroamérica), el jaguar (Namu) es un símbolo de fortaleza y liderazgo y un modelo de "guerrero por excelencia".

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