Un LeBron histórico se cita con los Warriors en las FinalesUn LeBron histórico se cita con los Warriors en las Finales

Un LeBron histórico se cita con los Warriors en las Finales

LeBron James, en un momento del partido. GETT

Los Cleveland Cavaliers y los Golden State Warriors disputarán las Finales de la NBA por tercer año seguido

LeBron James superó a Michael Jordan como máximo anotador en la historia de los playoffs

Cuando llegue la hora de hacer balance, LeBron James pondrá sobre la mesa tres anillos de campeón, cuatro trofeos de MVP, siete Finales seguidas y el honor de ser el máximo anotador en la historia de los playoffs. Como mínimo de momento, pues a sus 32 años aún no se adivina cuándo empezará la cuesta abajo, si es que algún día llega a verse. James lideró el empuje de los Cavaliers con 35 puntos en la victoria decisiva sobre los Boston Celtics (102-135) y deja listas las Finales soñadas: por tercer año consecutivo, Cleveland y los Golden State Warriors pelearán por el anillo.

Antes de empezar la temporada, LeBron James confesó en 'Sports Illustrated' su mayor motivación. "Ese fantasma que estoy persiguiendo. El fantasma que jugó en Chicago". El alero de Akron no hablaba de cimas estadísticas como la que alcanzó en el tercer cuarto contra los Celtics, ni de anillos. Ni siquiera de cuestionar quién fue el mejor jugador de la historia, sino de legado. Michael Jordan como espejo y estímulo inagotable. Inmerso en esa persecución, ya lleva ocho Finales en 14 temporadas, las últimas siete seguidas. Es el único que lo ha conseguido sin jugar en los Celtics de los años sesenta.

Con sólo 32 años LeBron ya es el máximo anotador histórico en playoffs (5995) aunque, como subraya, los puntos no sean lo que mejor defina su juego. "No quiero que me pongan la etiqueta de anotador. Puedo meterla, sí, pero soy un generador. Soy el tipo que siempre se alegró del éxito de su equipo y sus compañeros". Un portentoso director de orquesta que disfruta de la mejor plantilla que haya tenido. Un equipo diseñado para explotar todo lo que es capaz de provocar en una defensa rival.

Incluso una tan bien armada como la de los Celtics. En Boston, los Cavaliers rompieron su récord de anotación en un cuarto (43 en el primer periodo) y anotaron más puntos al descanso que cualquier otro equipo en playoffs en los últimos 14 años (75). Sólo con la explosión del primer acto ya habían reventado la moral de los Celtics, demasiado tiernos todavía para poder competir con un equipo que desde el verano pasado sólo tiene una cosa en la cabeza: volver a encontrarse en las Finales con los Golden State Warriors.

Tercer asalto entre Warriors y Cavaliers

Nunca en la historia la NBA repitió el mismo cartel tres años seguidos y éste promete ser el mejor hasta la fecha. En 2015, Kevin Love estaba lesionado y Kyrie Irving cayó en el primer partido. En 2016, la (merecida) sanción a Draymond Green volteó la dinámica de una serie que los Warriors dominaban por 3-1. En 2017, los Warriors llegan con un cuarteto de ensueño (Curry, Thompson, Durant, Green) y los Cavs, con la mejor plantilla que haya rodeado jamás a LeBron James. Después de avanzar sin piedad por cada lado del cuadro, escribirán otro capítulo de la que ya es la rivalidad de este década.

El dominio ha sido tal que todavía habrá que esperar una semana para que empiecen las Finales. La NBA siempre deja margen por si una eliminatoria necesita los siete partidos para resolverse, pero Warriors y Cavaliers han tomado la vía rápida. Golden State es el primer equipo de la historia que llega a las Finales con un balance de 12-0 (hubo otros que llegaron invictos, pero no bajo el actual formato). Cleveland sólo ha perdido uno, el tercero de la serie contra Boston. Los Celtics necesitaron el mejor partido de la carrera de Marcus Smart y uno de los peores en playoffs de LeBron James para llevárselo.

Desde el primer día de la temporada los Golden State Warriors y los Cleveland Cavaliers han llevado una trayectoria de colisión. Perfilan ya el contorno de una rivalidad histórica que desde el próximo 1 de junio vivirá su tercer acto.

 

Fuente://www.elmundo.es